SOBERBIA O IGNORANCIA

0

Por: Miguel Gurwitz

Demasiados planes y conclusiones antes siquiera de que comience la Copa Oro. Hablan ya del futuro de Héctor González Iñárritu, quien ha trabajado de forma exitosa en Selecciones Nacionales. Claro, este verano se ha quedado corto en función de las metas que ellos mismos habían establecido a principios de año, pero habría que aprender a distinguir entre los que planean y ponen todo al servicio de los entrenadores, de quienes ejecutan. Y, en este sentido, no hay materia de reproche a Iñárritu, que no escatimó en nada: concentraciones, juegos amistosos, giras, capacitaciones y toda clase de herramientas que supondrían tener equipos mejores, tal y como los hemos tenido en pasadas ocasiones.

Y en esto de adelantarnos somos especialistas: hablamos con gran facilidad del Mundial brincándonos las eliminatorias, y aunque sobran ejemplos para no hacerlo, seguimos tropezando con la misma piedra. Lo mismo sucede con la Copa Oro, donde primero nos creíamos invencibles, a tal grado que participar en el torneo sonaba a desperdicio. Después ganó terreno Estados Unidos y luego de muchos frentazos dejamos atrás la soberbia para darle su justo valor; entonces el torneo tenía sentido porque la final sería un buen agarrón con los del norte. Y volvimos a caer: parecía que llegar ese juego final era meramente un trámite haciendo menos a equipos como Costa Rica, Honduras y recientemente Panamá. Nos costó, y muy caro; a algunos incluso la chamba; y hoy que se tiene el reto de nueva cuenta, caemos en este círculo que no lleva a ningún lado.

Hablamos mucho de Estados Unidos: su crecimiento, la preparación, el tiempo de concentración que supera a cualquier otro equipo que participará en la justa y sus victorias ante Holanda y Alemania, principalmente. Se convierte en una obsesión y volvemos a perder de vista que hay otros equipos como los antes mencionados, que son perfectamente capaces de ganar un juego ante el exgigante de la Concacaf.

Soberbia, distracción o ignorancia, llámele como quiera, pero seguimos perdiendo de vista que el traje de superhéroe nos lo quitaron hace rato.

No todo es Estados Unidos. ¡Ojo!