* Las abandonaron en el Parque Regional Metropolitano
Colima, Col.- La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) rescató dos ejemplares de lechuzas comunes (Tyto alba) tras ser entregadas por personal del Parque Regional Metropolitano “Griselda Alvarez Ponce de León”, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Urbano del Gobierno del Estado, toda vez que un particular los había abandonado en las instalaciones de ese pulmón verde situado en el centro de esta ciudad capital.
Al proceder a revisar a las aves conocidas también como lechuza de campanario o blanca, inspectores de esta Procuraduría determinaron que taxonómicamente pertenecen a la orden Strigiformes, familia Tytonidae, género Tyto y especie Tyto alba, que se encuentran en buenas condiciones de salud, no presentan heridas ni enfermedades aparentes ni se les observa las alas mutiladas, todo el plumaje es brillante y aún cuentan con plumón blanco en la parte del vientre, característica de los polluelos.
Por lo anterior, se considera que en un mes aproximadamente serán liberados dichos ejemplares de fauna silvestre en su medio natural, con la finalidad de que se reincorporen a la brevedad al ecosistema.
Las lechuzas de campanario, que no están listadas en la NOM-059-SEMARNAT-2010, son de tamaño mediano, de 33 a 39 centímetros de longitud, de 90 a 95 de envergadura y un peso de 290 a 355 gramos, fácilmente reconocibles por su blanca coloración general y su característico disco facial en forma de corazón. A diferencia de otras especies, no posee penachos. Su pico es poco visible y de color marfil. Las extremidades inferiores son largas y poseen los tarsos emplumados.
Consiste la alimentación de pequeños animales como ratas, lagartos y ranas, complementando su dieta con pequeñas aves y murciélagos, que atrapa al vuelo.
La lechuza de campanario habita en campos de vegetación no muy densa, así como en los campos de sembrados, praderas con árboles, zonas urbanas y lugares semejantes. También en bosques de árboles altos, pero no en las selvas.
Descansa por el día y caza de noche. Durante las horas del día se esconde en los huecos altos de los árboles o grietas de las rocas, y es muy común en los campanarios de las iglesias en los pueblos.