Por: Ángel Durán.
Según Índice de Estado de Derecho 2021, elaborado por la organización World Justice Project., México se encuentra en el lugar número 113 de 139 países evaluados en el mundo, sobre calidad de justicia y a 5 lugares del último, en América latina.
Por supuesto, que cada una de las entidades federativas está reprobada en la forma en cómo se imparte justicia y por eso la sociedad no le tiene confianza.
Es importante, que la academia, o sea, las universidades, escuelas o cualquier institución académica que enseña derecho, tiene que replantear su enseñanza a todo su alumnado; pues, la educación con la que se forma la abogacía, indica que no se está haciendo bien.
Existen recomendaciones internacionales de cómo debe ser una característica de educación para la enseñanza del derecho y no las cumplimos.
Las instituciones educativas en México como cualquier otra institución público o privada, está en crisis; por eso es que, grandes cantidades de abogadas y abogados, salen cada año de las universidades, al salir, ven con decepción, la ausencia laboral, la mayoría puros empleados, y el anhelo del alumno cuando sale de la universidad, es tener un trabajo seguro en el Estado o en la Federación; muy pocos, salen con una visión amplia en todas las facetas laborales en las que puede desempeñarse la abogacía.
Lo anterior es importante que sea tomado en cuenta por las universidades; sobre todo, al analizar, que, luego todo el alumnado, ya sea que se dedique al litigio, al asesoramiento empresarial, a desempeñar un cargo público de la Federación o de los estados, o como asesores políticos o como funcionarios de alto nivel; en su gran mayoría, no digo que todos ni todas, pero un alto índice de estos universitarios, no generan condiciones de progreso a la sociedad.
Seguimos teniendo un sistema judicial ineficiente y si bien es cierto que, las universidades no son las únicas responsables; si lo es, que, parte de ellas, debe atender y ayudar a crear universitarios con altos valores de ética, honestidad y responsabilidad en el ejercicio del derecho, como sistema del buen desarrollo social.
El derecho que se debe enseñar en el aula, tiene que generar buenos resultados y así se deben observar en el desempeño del alumnado que tengan las instituciones públicas, que trabaje con honestidad, con respeto, que se identifique con el buen manejo de la ley y por generar condiciones del manejo de un sistema legal adecuado para el respeto de los derechos de la sociedad.
En la vida real, los resultados del desempeño del gran estudiantado, no se ven en este sentido, lo que indica; que una de las cadenas más importantes, que preparan a la abogacía, tiene que cambiar su forma de educar y así, implementar la cátedra humanista, impartida por profesores altamente capaces en la enseñanza jurídica, en la enseñanza del derecho y no exclusivamente de profesores legalistas.
De manera permanente la universidad debe de vigilar, que la educación que imparte se apegue estrictamente a la educación que establece la propia Constitución mexicana y tratados internacionales firmados y celebrados por México ¿Y qué dice la Constitución? Art. 3…” La educación se basará en el respeto irrestricto de la dignidad de las personas, con un enfoque de derechos humanos y de igualdad sustantiva. Tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a todos los derechos, las libertades, la cultura de paz y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia; promoverá la honestidad, los valores y la mejora continua del proceso de enseñanza aprendizaje.” Imagínese usted, esto: “Corresponde al Estado la rectoría de la educación, la impartida por éste, además de obligatoria, será universal, inclusiva, pública, gratuita y laica.” ¿Se cumple? ¡No!
Es el Estado el que debe determinar que todos y todos los mexicanos tengamos un buen nivel de educación, si lo tenemos en la facultad de derecho de las universidades, entonces tendríamos que ver que todo su alumnado cuando sale a desempeñar un cargo público, aquí en Colima la mayoría de los servidores públicos salen tanto de la Universidad de Colima como otras universidades privadas.
Si se respetara este derecho a tener una educación de calidad, entonces deberíamos de tener un sistema judicial muy eficiente; pues es ilógico que teniendo una buena educación tengamos luego malos funcionarios; más bien lo que ocurre es, que tenemos educación universitaria deficiente y por eso los resultados; por eso es que, se tiene que replantear la estrategia de cómo educarnos.
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