PARACAÍDAS
Por: Rogelio Guedea
Seguramente importantes sectores de la población han percibido en más de una ocasión el olor a humo en sus casas y han pensado que se trata de la quema de caña de Quesería, algo a lo que nos hemos acostumbrado sobre todo cuando vemos caer ceniza en nuestros patios o jardines. Lamentablemente, no siempre se trata de eso y, por tanto, no tendríamos por qué acostumbrarnos a estar oliendo humo todo el tiempo, en especial durante la noche, cuando es más pernicioso. En realidad, la inhalación de este humo se debe al pésimo mal hábito que se tiene por lo menos en la zona conurbada de Colima y Villa de Álvarez de quemar basura, situación que está penalizada no sólo por el daño ecológico que esto ocasiona (no olvidemos lo sucedido recientemente en California) sino también por el peligro tan grave que tiene para la salud de la población. Yo he documentado en más de una ocasión quemas de basura y ramas en diferentes partes de Colima y Villa de Álvarez, la última fue en la zona norte de la ciudad, a la altura del puente entre avenida Constitución y Periférico, cuya cantidad de humo me impidió incluso seguir realizando mis ejercicios matutinos. Los daños de los materiales tóxicos expedidos por estas quemas son realmente perniciosos para el organismo (pueden incluso ser fatales) y por eso creo que es de suma atención la labor que deben hacer las autoridades encargadas de cuidar la ecología de Colima y Villa de Álvarez para sancionar a todos aquellos que quemen basura o provoquen incendios innecesarios, sobre todo cerca de zonas residenciales. Como lo digo, no es común que tengamos que estar oliendo a humo y menos en las noches, que puede ser mortal y ya ha habido casos documentados al respecto, y por eso es necesario que tanto la población los denuncie como las autoridades estén prestas para actuar en consecuencia y además crear una campaña de concientización al respecto a fin de que se detenga esta perjudicial costumbre.
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