Por André Marín
Cuando comía las uvas el 31 de diciembre de 2014, Ricardo Ferretti nunca imaginó lo que le esperaba.
Venía de una dolorosa derrota ante el América en una final por el título del futbol mexicano y su directiva lo respaldaba a pesar de contar con uno de los mejores planteles del país.
Y, ahora, resulta que pasó la Navidad y prepara el año nuevo como uno de los más exitosos de su vida.
Ferretti llegó a México hace muchísimos años a jugar futbol y nunca imaginó que su vida se quedaría por aquí, lejos de Brasil y triunfando en un negocio bastante complejo.
Cuando llegó el momento de colgar los botines, se le acercó la directiva de Pumas para ayudarle a comenzar su carrera de entrenador y ésta ha sido fructífera, si tomamos en cuenta que lleva 20 años sin parar.
Y en este 2015 que termina se le dio prácticamente todo. Lo planeó para ganar y competir y fue, precisamente, lo que hizo.
Un dato importantísimo para tener un año lleno de logros fue haber convencido a Miguel Mejía Barón de volver al profesionalismo. De la mano deMiguel se reinventó y ganó cosas importantes.
Pasó unos días en Acapulco recapacitando y recargando pilas para 2016, y en esos paseos por la playa se habrá acordado de cómo fue que perdió la final de la Copa Libertadores teniendo mejor plantel que el River Plate.
O cómo fue que lo convencieron para tomar de manera interina a la Selección Nacional y clasificarla a la Copa Confederaciones. Él había dicho que primero barrendero antes que tomar al Tri, y en este año fue técnico de la Selección Nacional, logrando un importante objetivo.
Tuvo de su lado a una directiva con dinero y con visión para armar uno de los mejores planteles del continente y, aunque sufrió en la final de vuelta ante Pumas, terminó levantando el trofeo en la tanda de los penales.
Qué año, Ricardo, qué afortunado eres y qué cantidad de tiempo deberás dedicarle a dar gracias por haber sido tan dichoso.
Muchos te envidian y muchos pensamos que tus métodos no son los mejores, pero al final ganas y eso no te lo quita nadie.
Recuerda 2015 como uno de tus mejores años, Ricardo.
Twitter: @andremarinpuig