*La psicóloga del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) visitó la Universidad de Colima para impartir un taller de Gerontología con perspectiva de género.
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Colima.- “Muchos adultos mayores están atorados en la idea del nido vacío, pelean por sus expectativas mutuas no cumplidas cuando los hijos se marchan para hacer sus vidas. Se encuentran en una soledad compartida donde pueden y deben tener un proyecto personal para su envejecimiento, ser competentes, exitosos y sanos…
“Y cuando encuentran significativo el presente y lo que éste ofrece a sus vidas es un logro enorme”, dijo la psicóloga del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM, antes INSEN), Lourdes Griselda Pardavell González, quien durante su segunda visita a la Universidad de Colima impartió un taller de Gerontología con perspectiva de género, en coordinación con el Centro Universitario de Estudios de Género (CUEG).
“Para los gerontólogos, aquí se encuentra nuestro trabajo, pues con el aumento de la expectativa de vida hasta de 34 años en las mujeres, buscamos que la vida de nuestros abuelos sea funcional y exitosa”, afirmó la experta.
Pardavell González describió situaciones de desventaja para los adultos mayores, varones y mujeres: “En el caso de los jubilados, se dice que irán a descansar; los señalamos como personas no productivas, no pueden trabajar y por consecuencia no hay empleo para ellos, cuando en realidad tienen una experiencia impresionante”.
“Ahora bien, es común que el varón adulto mayor busque alguien que lo provea y le cocine porque es incapaz de hacerlo; sin embargo, hay adultos mayores que cocinan y lavan por autonomía, no por reto al género”, continuó.
La psicóloga de la Jefatura de Enseñanza e Investigación en INAPAM, precisó que cuando la limitación física o mental es una desventaja, “encontramos que a las mujeres de la casa, la que no se casó, la viuda o la nuera, les asignamos la tarea de cuidar al adulto mayor”.
En estos casos, expuso que en algunas familias ha encontrado que las mujeres adultas mayores crecen con las esposas de sus hijos; en esa dinámica, se pierden las etiquetas y entre ellas se perciben como mujeres que hicieron crecer a sus familias: “Son mujeres que ahora están dispuestas a crecer para que las familias tomen una tónica totalmente diferente”, enfatizó la experta.
Otro escenario común, dijo, sucede cuando los abuelos asumen el cuidado de los nietos, bebés y pequeños para llevarlos a la escuela y pasar a medio día por ellos, y que cuando los menores ya no requieren este cuidado, lejos de perder el rumbo y olvidarse de esta relación, surge una oportunidad.
Es momento de decirle al nieto o nieta, honestamente: “Tú me necesitabas y ahora yo te necesito. Lejos de ser un hecho de dependencia, se transforma en crecimiento mutuo porque el adulto mayor transmite valores y el joven le ayuda a su abuelo, por ejemplo, con el uso de la tecnología”.
Lourdes Griselda Pardavell, como resultado de sus 26 años de labor, investigación y capacitación gerontológica, compartió experiencias exitosas de adultos mayores que no compraron la idea de desventaja; “por el contrario, aceptaron las limitaciones pero no las pusieron en el terreno de la desventaja”, comentó.
Habló, como ejemplo, de una comunidad que expuso sus interesantes proyectos arquitectónicos para la sobrevivencia de esos 34 años de vejez, y de maestros que ejercen su profesión a los 80 de edad.
Asimismo, comentó el caso de una comunidad cerca de Metztitlán, Hidalgo, mayormente habitada por mujeres, donde las adultas mayores son las líderes, “pues los hombres se van a otras ciudades y las dejan empoderadas; ellas no han perdido su lengua materna, hablan español y mantienen a sus comunidades. Casos similares existen en Oaxaca, Puebla, Veracruz y Chiapas”.
La gerontóloga Pardavell concluyó que mujeres y hombres mayores del país quieren ver su proyecto de vida como seres humanos activos, y confesó que el suyo lo gustaría realizarlo en Colima.