José Luis Cobián|CN COLIMANOTICIAS
Manzanillo, Col.- Nuestros pueblos añejos se encuentran a lo largo de la ciudad, miran desde las sombras bajo bellos contrastes de árboles y ríos que serpentean por montañas y pastizales, con su pintoresca cotidianidad y grandeza de su gente, desempeñando oficios como el comercio.
Estos lugares los tenemos cerca, nuestros pueblos mágicos, algunos de ellos como La Floreña, Canoas, que son en su conjunto paraísos terrenales poco apreciados; a pesar de ser atractivos han corrido con la fortuna de no convertirlos en negocio, lo que los condenaría a ser un paraíso de construcción más, común, sobre la faz de la tierra.
El colorido y los sabores, se distinguen, y es ahí donde está el verdadero México, entre artesanías de yeso y barro, las carnitas del Cua-cua en El Colomo, el menudo de Chandiablo, la barbacoa o las quesadillas a mano, el café de Canoas, entre otros.
Permítanse la oportunidad de conocer y adquirir los productos de calidad que se realizan, porque al consumir estos y disfrutar de las áreas naturales, estará apoyando a la economía local.