Prólogo para Andares del puerto del Bicho Gardo

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Entre libros y café

Por José Luis Cobián León

No es de extrañar que el Bicho Gardo, que es como un Monje Cartujo, tenga visiones para crear historias concernientes con los andares de su paraíso, Manzanillo, pues en su Chalet, sitio consagrado al saber en el que a veces uno se vuelve sombra y silencio para escucharle, encuentra la inspiración.

Cuando leo sus cuentos o novelas miro a hurtadillas en sus palabras porque es difícil distinguir lo verdadero de lo falso… de lo mágico; y en su búsqueda de historias en el paraíso, es natural que reconstruya una declaración de amor fruto de su inspiración. Así, quizás esta obra, no haya tenido lugar en la misma mente del Bicho, sino en la de otra persona: un periodista que ha vivido intensamente como él, quién también es un contador de historias.

La escritura del Bicho Gardo es un regocijo al interior como la llama que sobrevive bajo las cenizas, debido a esas líneas tan sutiles que separan el bien del mal con su prosa. Y mepregunto: ¿Qué parte habíaañadido su imaginación y qué parte había de él?, pues tras ese velo de la fantasía, contiene algo de verdad que alude a una valiosa reflexión.

Este monje escribe hasta el cansancio que se le entumen los dedos y me parece escucharlo: “estos escritos tienen pelos”.

Con sus amigos se deleita en la retórica, lleno de arrebatos de independencia, aceptado con dificultad la contradicción a su nutrido intelecto, pero agradable y divertido, y siempre encontramos en él, una reflexión del hombre culto.

 

A diferencia de sus vibrantes y coloristas narraciones, lo que hoy presenta es un tributo a una obra literaria de Manzanillo, cuyo eco de sus personajes nos alcanzan hasta la actualidad. De esta forma con humor, sabiduría y magia, narra la vida de “La Cenicienta de Manzanillo” a través de caminar con “Adán y el Paraíso” para ir “En busca de la noticia” donde “El poeta de Salahua”, “El Alux” y “Paty”, conocen “La pasión del periodista”, y a “Lorenzo”, encontrándose con “La Princesa de la Península de Santiago” y “La Recarga”; hasta saber que “Son solo muchachos”; para que finalmente con precisión y esmero confiarnos el cómo, de “La noche cuando se independizó Colima”.

En suma, agradezco la distinción y privilegio de realizar el prólogo de este libro, considerando el número de escritores y poetas de reconocido prestigio internacional que son sus amigos, y en su lugar eligiera a entre libros y café para hacerlo, asimismo estimado lector, si desea adquirir este libro sin costo, puede hacerlo entrando a la página:

www.bichogardo.mx, donde encontrará además siete libros técnicos e ingeniería, dos de poesía y diez cuentos y novelas, con un estilo particular parte del Bicho Gardo y sus heterónimos, José Argenval y El Ingeniero.

No obstante es mi deber hacer de su conocimiento que este monje cambia constantemente de sayo, buscando refugio a su identidad; discreto, sin apegos materiales; quien ocupándose con amor de sus pergaminos y sus tintas, goza de la divina locura de sus años y experiencia, un hombre sin duda consagrado a la escritura del que nacen los “Andares del Puerto de Manzanillo”.

Para que no quede nada en el tintero: [email protected]