PRI: EL SUEÑO DE VOLVER ( La mitad de mexicanos dice que se  transfiguró en Morena, y la otra mitad también).

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana.

Recientemente el Pri Colima nombró dirigentes como parte de una estrategia territorial de cara a organizarse para la próxima elección. Lo hizo observando el comportamiento del gobierno actual de Morena en sus primeros seis meses, que le representa un referente muy valioso en la toma de sus decisiones. En términos bárbaros, puede decirse que ha venteado la sangre del rival que lo echó de palacio de gobierno y que se apresta entonces a dar una batalla dura en el 2024.

Morena está pagando su novatez en el gobierno local y eso fundamenta el optimismo priísta; ciertamente, hay decisiones trascendentes como la de llevar la fiesta en paz con la Universidad de Colima y apoyarla puntualmente con recursos financieros, o las gestiones para mejorar las comunicaciones terrestres, o la de proseguir con los programas sociales aumentando la membresía de adultos mayores, o tratar de recuperar la caída del sector salud, o la de recuperar la infraestructura carretera, o hacer multitud de reuniones en pro de la seguridad, pero hay otras que han puesto en tela de juicio la certidumbre en la gobernación al haberse integrado el gabinete a funcionarios bisoños que no provocan optimismo entre los ciudadanos por su falta de experiencia.   Pero la presencia dominante de Indira salva el cuadro, en los últimos días ha mostrado dinamismo con giras por varias partes del territorio estatal pensando quizás que camarón que se duerme se lo lleva la corriente.

En el gabinete, como lo han dicho ya varios comunicadores, destacan jóvenes amigos de infancia y de carrera profesional de la gobernadora en lo que es una apuesta emocional a falta de confianza suficiente en otros perfiles ajenos a Morena, personas en su mayoría con credenciales académicas generadas en instituciones educativas con mediano prestigio. Sin embargo, la presencia de algunos priístas conversos o panistas enmascarados le otorgan la categoría de pluralidad a su gobierno.

En fin, con todo y eso el Pri ya se percató que aún sin desarrollar alguna estrategia para minar al rival, se están dando condiciones favorables que pudieran generar según sus cálculos una recuperación posterior. Tiene tiempo para aplicar políticas estables y trazar nuevos caminos aunque su militancia suspira por una nueva generación de políticos al mando pues los resultados últimos a nivel nacional no dan para el optimismo y temen que para el 2024 pueda pasar lo mismo a nivel local. Sin embargo, el Pri sigue apostando a la experiencia de sus cuadros dirigentes. A ver cómo le resulta insistir en ese esquema tan criticado.

Entre los factores que el Pri analiza y que pueden favorecerle, está el de la forma de gobernar del régimen. Si el anterior gobernador visitaba Colima de vez en cuando, por aspectos de seguridad Indira Vizcaíno ha estado en la entidad menos tiempo que aquel pues apoyó mucho a compañeros de su partido en distintas entidades (y lo hacía público) y por gestiones que hace en la ciudad de México, lo que genera vacíos de poder. . . que alguien llena. El Pri brincó de gusto porque en esas ausencias encontró un filón de oro que le permitiría reforzar sus estrategias a futuro, aunque a últimas fechas, reitero, Indira recupera espacios y anda por todos lados no sea que “por irse a la Villa pierda la silla”.

El Pri juega con paciencia sus cartas. Sabe que Morena está enredada por la sucesión presidencial y que Indira se ocupará el año próximo en apoyar los procesos electorales del Estado de México y Coahuila y luego hará lo mismo en la campaña presidencial, y que Amlo no estará en la boleta electoral aunque sí tendrá influencia. También afectará a Morena el hecho de que el gobierno estatal no está haciendo los deberes correctos en relación a la aclaración en tiempo y forma de las cuentas del gobierno de Nacho Peralta. Las omisiones tienen un costo político muy alto. Si no aflora la justicia y se aclaran las cuentas sexenales, Morena perderá credibilidad y se la cobrarán en elecciones. Esto lo digo de “apuestita”, como decía un compadre mío querido que ya falleció cuando estaba seguro de algo.

Por otra parte, luego de haber probado con Morena tres años, los colimenses podrían voltear en las elecciones del 2024 hacia otras ofertas como la del MC que tendría a Locho Morán (bañandose de pueblo todos los días en redes, algo querrá otra vez) como candidato a alguna posición en tanto se prepara para el 2027 para intentar ser gobernador por quinta vez, o hacia Acción Nacional, si hace las cosas bien y se sacude sus cacicazgos. Por su parte, el Pri, puede hacer valer su experiencia ya sea que compita solo o en alianza en la elección siguiente.

El Pri cuenta hoy con una nueva generación de políticos jóvenes (as) con ánimos de trascender e ir por la revancha con cuadros ganadores y con la aún joven Mely Romero en el 2024, y luego en el 2027. El Pri podría ser competitivo en ambas elecciones, y más si cede la dirigencia a MR a tiempo para que encabece su resurrección. A ver si los duros se hacen a un lado o prefieren ser sacrificados en la elección siguiente otra vez. No hay cuadro priísta más valioso y competitivo que la cuauhtemense, aunque le duela eso a algunos machitos del tricolor.

Finalmente, recupero la versión del politólogo José Antonio Crespo, para quien el Pri “está en proceso de extinción, no así el priísmo, que surge con gran fuerza y vigor bajo sus nuevas siglas color guinda”, como quedó demostrado con la victoria de Morena en cuatro estados con políticos de la vieja guardia tricolor. Pa’ que no se diga lo contrario. . .