Ante más de medio centenar de personas, en el evento participó el estudiante de la licenciatura en Letras Hispanoamericanas, Rafael Hernández, quien comentó que uno de los méritos del libro es esclarecer los datos biográficos y los valores literarios de autores muy conocidos, como Balbino Dávalos o Gregorio Torres Quintero, y de otros menos mencionados en los círculos culturales, como Rafael Martínez Rubio o el Barón de Brackel Welda.
Así, por ejemplo, “hablar de Balbino Dávalos –señaló Rafael Hernández– es adentrarnos en los inicios de la literatura en Colima; es hablar del corazón modernista a través de un colimense que logró captar la esencia de la belleza de su época a través del verso. Son personajes, tanto Dávalos como Torres Quintero, para la historia, y muchos desconocemos su trabajo, lo cual es una especie de injusticia a sus nombres”.
Por otra parte, “El oro de las cruces” también habla del maestro Gregorio Torres Quintero, quien además de ser el creador del Método Onomatopéyico (con el que aprendieron a escribir generaciones enteras de mexicanos) se reveló como un prosista exacto, cuyo estilo reflejaba el interés por fundamentar una prosa nacional alejada, pero no ausente, de los temas importados de Europa, comentó Rafael Hernández.
Por último, Rafael Hernández comentó el caso de Rafael Martínez Rubio, otro colimense digno de mencionar en el campo de las letras modernistas. Aunque menos conocido que Dávalos y Torres Quintero, Martínez Rubio colaboró en las revistas más importantes de la gesta modernista, tales como: “Revista Azul”, “Revista Moderna”, “Arte y Ciencia”, entre otras.
Lo cierto es que su caótica vida personal no le permitió ofrecer un trabajo constante, aunque el mismo Felipe Sevilla del Río percibiera con su intuición que Martínez Rubio era, efectivamente, un versificador clave dentro del modernismo colimense.