Por: Ángel Durán
En medio de un escenario político y social convulso, el Poder Judicial Federal se erige como el único frente que lucha contra la imposición de una reforma al sistema de justicia en México.
Mientras tanto, los poderes judiciales locales permanecen en un silencio absoluto, lo que pone de manifiesto que la crisis en el sistema judicial es un asunto de interés nacional que debería importar a toda la sociedad.
Sin embargo, la sociedad parece no estar escuchando este llamado de auxilio, esta es la percepción de los y las juzgadoras.
El núcleo del problema radica en la desconexión entre el Poder Judicial y la ciudadanía.
Los miembros del Poder Judicial Federal desearían que la sociedad se manifestara a su favor, ya sea a través de protestas en las calles o expresándose en redes sociales.
Anhelan que el pueblo reconozca su labor como protectores de los derechos de todos los mexicanos, y que digan que los juzgadores se destacan por aplicar la ley de manera justa; no se han dado cuenta de la falta de confianza que la sociedad les tiene.
Esta percepción negativa, en gran medida, proviene de la ineficacia de otras instituciones como las fiscalías y las policías, que no forman parte del Poder Judicial pero que influyen en el resultado en los procesos judiciales.
Sin embargo, el Poder Judicial es el último eslabón en la cadena de justicia, y la sociedad juzga el sistema en su conjunto, sin distinguir entre las distintas instituciones que lo conforman.
La falta de apoyo social hacia el Poder Judicial Federal, no se debe a que la sociedad sea insensible a sus problemas o que no valore su función. Por el contrario, el silencio social es una expresión de desconfianza y descontento acumulados hacia los jueces.
La realidad es que, aunque los jueces y magistrados federales pueden ser los más competentes y eficientes en su labor, el sistema de justicia en su conjunto, no ha demostrado ser eficaz.
La sociedad mexicana ve un sistema judicial lento, ineficiente, y en muchos casos, corrupto. Este desencanto generalizado es lo que explica la falta de apoyo en un momento crítico para el Poder Judicial.
Los miembros del Poder Judicial deben entender que la sociedad no apoya su causa, no por desinformación, sino por el conocimiento y la experiencia directa con un sistema judicial que ha fallado en proporcionar justicia efectiva.
Consignas como “Si el pueblo se informa, no pasa la reforma” parecen sugerir que la sociedad está desinformada, cuando en realidad, el pueblo está bien consciente de las deficiencias del sistema.
Con un índice de más del 90% de delitos sin investigar en México y una percepción generalizada de que la justicia está ausente, es claro que el problema es más profundo que lo que el Poder Judicial quisiera admitir.
El Poder Judicial Federal, al ser el último bastión contra la violación de derechos, tiene una responsabilidad enorme. Sin embargo, los jueces y magistrados no pueden ignorar que su desempeño es juzgado como parte de un sistema más amplio que incluye a todas las instituciones de justicia “están obligados a tener resultados en conjunto, este es el sistema constitucional nuevo que tenemos a partir del 10 de junio de 2011” véase el sistema victimal que hoy tenemos, no hay justicia para las víctimas en México y el poder judicial ha cerrado los ojos.
La sociedad no ve solo lo que hacen los jueces; ve el resultado global, que a menudo es insatisfactorio.
Por ello, es fundamental que el Poder Judicial, adopte una postura más realista y autocrítica y se una al sentir social. Deben reconocer sus propios errores y trabajar en conjunto con otras instituciones para mejorar la eficiencia y la transparencia del sistema de justicia.
Además, es crucial que el Poder Judicial Federal reconsidere cómo se comunica con la sociedad; su modelo de comunicación es de reclamo y como si no los entendiera ¿no será más bien que el poder judicial no entiende que la sociedad si los conoce?
Deben mostrar un entendimiento más profundo de la realidad social y de las expectativas de justicia que tiene la población.
Si bien es cierto que no son los únicos responsables de la ineficiencia del sistema judicial, su papel es central en la percepción que la sociedad tiene de la justicia en México.
Más del 90% de los derechos reclamados en el país no son atendidos por la justicia, lo que socava la confianza en la capacidad del Poder Judicial para proteger a la ciudadanía.
Los trabajadores del Poder Judicial también deben reflexionar sobre su situación. Muchos enfrentan jornadas laborales extenuantes, muy por encima de las permitidas por la ley, lo que afecta no solo su bienestar personal, sino también la calidad de su trabajo.
Muchas familias se han separado a consecuencia de esta forma de trabajo, so pretexto de que la necesidad lo amerita, no, si bien es cierto, que la necesidad de que un país tenga justicia, lo amerita cualquier esfuerzo de los trabajadores, el poder judicial, debe evitar el abuso a sus servidores públicos y debe más bien, contratar más personal, pero no perjudicar a la familia de sus trabajadoras, esto es un abuso, que se ha legalizado y los trabajadores se tienen que aguantar.
Este abuso es un problema que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha ignorado, y es algo que debe ser corregido.
La reforma al sistema judicial es inevitable y necesaria, pero debe ser diseñada de manera que proteja los derechos de los trabajadores y evite que sigan siendo explotados.
En última instancia, la reforma del sistema de justicia en México debe contemplar no sólo la eficiencia, sino también la justicia laboral para quienes operan dentro del sistema.
Es imperativo que se respeten las garantías judiciales establecidas en la Constitución para los juzgadores, y que se implemente un sistema que no solo evite abusos, sino que también mejore la calidad de la justicia para todos los mexicanos.
La Suprema Corte y el Poder Judicial Federal deben asumir su responsabilidad de liderar este cambio con honestidad, transparencia y un verdadero compromiso con la justicia.
Solo así podrán ganar el apoyo y la confianza de la sociedad que tanto necesitan en estos momentos.
*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.