POLÍTICA PARA LLEVAR

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LECTURAS

La política es la actuación pública

de las pasiones privadas

(sin olvidar que estas -las pasiones-

son formas arbitrarias de la conducta

y que la política es una disciplina).

Por: Noé Guerra Pimentel

De mal en peor. Durante los últimos 20 años he seguido el trabajo del poder legislativo, lo hice desde dentro durante casi tres lustros, lo hago desde fuera porque sé que desde ahí se influye y puede determinar, para bien o para mal y en todos sus ámbitos de desarrollo, el futuro de Colima; así de importante es el desempeño y la trascendencia que pueden tener quienes ocupan el cargo de nuestros representantes en dicho poder del estado como lo son los diputados locales, es una lástima que pocos lo entiendan y los menos lo asuman, la mayoría enfrascados en la grilla barata, en el dispendio del erario para el desahogo de íntimas perversiones o, en el mejor de los casos, para dizque hacer trabajo político, como le llaman a eso de repartir el dinero que no es de ellos.

Como los cangrejos. Desde la LII, en 1997, la autodenominada histórica que con la complicidad entre el PAN y el PRD contra los priistas, entre todos lograron importantes avances en la democracia legislativa local y fueron real contrapeso; la LIII que logró fundamentales equilibrios entre poderes y un consustancial desarrollo político en la entidad; luego, la LIV, que vino a resolver los imprevistos entuertos de dos elecciones extraordinarias, la primera por la anulación de la ordinaria y la otra por el fallecimiento del titular del ejecutivo; la LV que llevó una transición normal entre poderes; la LVI que continuó con aportes importantes al estado de derecho; la LVII, de las más estables en la que gobernabilidad fue causa y efecto; la LVIII, legislatura fracasada que con una mayoría opositora de origen transigió en caprichos, vendettas, novatadas y desgastes innecesarios que la debilitaron hasta la intrascendencia y la actual, la LIX que, como se aprecia, a casi un año de ejercicio no da pie con bola saliendo de una pifia para caer en otra.

Lo barato sale caro. Tal parece que eso nos está ocurriendo hoy en Colima con unos diputados que, para empezar, no han cumplido con su principal bandera de campaña, bajarse el monto de su dieta al 50%, nadie, ninguno lo ha hecho, solo le han dado vueltas al asunto y ahí siguen disfrutando de su jugosa dieta y de los privilegios del poder; de su desempeño legislativo mejor ni hablamos, basta y sobra ver cuáles fueron sus motivaciones y son sus compromisos con la fracasada y descalificada designación de ombusperson estatal en un proceso que de origen nació ilegal con esa convocatoria y que a la postre arrastró todas las irregularidades imaginables y que al final quedó en la evidencia de que cayeron en lo que, muchas veces sin fundamento, varios criticaban. Ahora solo falta que insistan, que no lo dudo, en tratar de imponer lo que en un primer intento no pudieron y que fue expuesto a la opinión pública y tajantemente fue rechazado.

Trabajo mata grilla: Indira Vizcaino en su video de posicionamiento que circula en redes. Alguien aquí, quizá por su inexperiencia o porque definitivamente desconoce formas y modos, está faltando a la conocida sentencia aquella de que “Un buen político no debe dejar huella de las indiscreciones que eliminen la confianza ni del talento que suprima la envidia”, y me refiero al affaire Yáñez-Vizcaino, más Yáñez que Vizcaino, pues esta última ha mostrado talento, el colmillo político seguramente ganado en 10 años de trayecto ininterrumpido luego de la diputación federal, la alcaldía de Cuauhtémoc, su paso por el gobierno estatal y ahora nuevamente diputada federal de mayoría con licencia, fungiendo como coordinadora de programas sociales en la secretaría de bienestar, como ha rebautizado algunas de las políticas asistenciales el gobierno federal.

Mujer contra mujer. Pareciera tema de la canción de mecano, pero no, esto fue al contrario, pues a la yugular se le fue Claudia Yáñez a Indira Vizcaino. Una Claudia que desde el escenario nacional de la cámara de diputados, sin ensayar primero lo que diría o leería, como se obliga, con el pretexto de la presunta intromisión de Indira en la frustrada designación de comisionado de derechos humanos local, se soltó contra su correligionaria exigiendo destitución y cárcel, arguyendo, además del anterior, otros supuestos escandalosos actos que, ciertos o no, de fondo solo buscan el efecto mediático, varios de ellos muy sobados, juzgados y hasta sentenciados y que, por supuesto, nada harán a una Indira que, culpable o no y para pena de la señora Yáñez, se ve fortalecida; quizá porque “entre mujeres se pueden despedazar para jamás se harán daño”.