PLÁTANOS QUE HABLAN

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Rincón de la Conciencia

Por: Antonio Valdés.

Bernabé y Saulo de Tarso viajaron a Antioquía para enseñarles a muchas personas acerca de Dios. Bernabé exhortó a todos a que con todo su corazón permaneciesen fieles y por primera vez en el mundo se les llamo cristianos. Y hoy también te digo, sé fiel primeramente a ti, y así podrás ser fiel a Dios, a la vida, a tus amigos, a tu familia, a tus proyectos, tu trabajo y a tus socios.

Cuando era estudiante del Tec. de Monterrey “Edo.Mex.” encontrábamos estos mensajes, y otros, escritos en plátanos en la cafetería. El encargado de la misma había dedicado tiempo para escribir notas alentadoras en esas frutas, a las que mis compañeros apodaron «Los plátanos que hablan».

Esta actitud solícita me recuerda el sentir de Bernabé hacia los “espiritualmente más jóvenes” en Antioquía. Bernabé era famoso por su habilidad para alentar a la gente. Conocido por ser un buen hombre, lleno de fe y su muy fuerte conexión con Dios, instaba a los nuevos creyentes a que «permaneciesen fieles al Señor». Imagino que pasaba tiempo diciendo cosas como: Sigan orando, confíen en el Señor, permanezcan cerca de Dios cuando la vida sea difícil, no se rindan. Etc.

Los desmotivados, los jóvenes y los enfermos —como los niños— necesitan muchísimo aliento. En el caso de los niños están llenos de potencial y descubriendo en qué son buenos y en que no lo son, siempre investigando, midiendo sus fuerzas y sus alcances. Tal vez no se den cuenta de todo lo que Dios quiere hacer en ellos y a través de ellos.

Las personas que han caminado éste camino por un tiempo considerable con esa fidelidad podrán entender cuán difícil puede ser vivir para Dios y no para el mundo como lo hizo Bernabé. Así mismo como la persona que nos dejaba esos “plátanos que hablan”. La idea es que todos podamos dar y recibir aliento mediante la fidelidad. Es un trabajo que debemos hacer con gusto como si lo hiciéramos para Dios.

Nunca te rindas. Sé la razón de que alguien sonría, la razón de que alguien confíe en las personas y siga adelante. Porque lo importante no es como comienzas sino como terminas.

¿Cómo te ha alentado Dios en el pasado por medio de plátanos hablantes? ¿De qué modo podría querer obrar a través de ti para alentar a otra persona?

¿Con cuántos plátanos cuentas?

*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.