PERMITAME DISENTIR

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Por José Díaz Madrigal

Originalmente el día de la mujer, era una conmemoración de las mujeres trabajadoras que luchaban por la igualdad, el reconocimiento y ejercicio efectivo de sus derechos. El festejo se oficializó, para quedar como fecha fija el 8 de marzo de cada año. Éste acuerdo se proclamó hace 50 años, en 1975 por La Organización de las Naciones Unidas.

En México la festividad ya se venía observando desde antes del 75. Era un homenaje que se llevaba a cabo de manera relativamente tranquila, con la idea de que hubiera equidad de derechos junto al de los varones. Gradualmente fueron progresando y se lograron normas constitucionales, en que por ley existe la paridad de género en puestos públicos y cuestiones laborales.

En Colima desde que Morena tomó el poder, la festividad del 8M ha sido sistemáticamente una creciente anarquía incontenible, con destrozos en Palacio de Gobierno. Los 3 años que lleva la administración estatal, las marchas de las mujeres han sido más virulentas y vandalicas que no tienen justificación.

Todo por una mal entendida libertad de manifestación, que raya en el libertinismo abusivo y por otro lado, de una lamentable permisividad gubernamental que se niega a hacer el trabajo, para el cual fueron elegidos; que consiste en ejercer su legítima autoridad -cosa diferente es el autoritarismo- para poner orden y detener a quienes causen daño patrimonial a los bienes públicos y a los privados.

El asunto es que las manifestantes feministas, con la mano en la cintura hacen sus exigencias y, de volada las atienden. Como resultado de una de sus demandas de ese día, la gobernadora Indira Vizcaíno, muy diligente con ellas, no tardó en responder a uno de los reclamos que pidieron las marchantes en su concentración. Mandó comprar en calidad de urgencia, el fármaco abortivo MISOPROSTOL, para que hubiera en existencia suficiente en las diferentes clínicas del sector salud.

No es casualidad que tenga el nombre de Misoprostol. Lo escogieron con una carga significativa muy a propósito para lo que se usa. Misoprostol viene de la misma raíz griega que misógino, es decir, odio a la mujer; el siguiente componente de la frase es prostol, que deriva de prostraglandina, una hormona presente en la próstata del varón. Entonces en el fondo, se deja ver un revanchismo simbólico. La denominación Misoprostol, literalmente es un odio hacia el hombre. Que atando cabos, ese odio está dirigido al varón que embarazó a una mujer y, no se quiere hacer responsable del embarazo de su pareja.

Aparte del odio que está detrás, el aborto es un problema moral para las mujeres y para la sociedad en general. Antes de cualquier creencia religiosa, incluso los ateos que no tienen fe en Dios; debemos dar a conocer que científicamente en el microscopico embrión en desarrollo, está un ser humano en crecimiento. Éste es un individuo -de uno, de individual- distinto a la mujer que lo lleva en el vientre. Dicho de otro modo, son 2 personas distintas, una adulta y la otra pequeña; pero al fin y al cabo 2 sujetos diferentes, uno llamada mamá y el otro hijo.

Entendemos por moral, aquellos valores y conductas de personas que en su comportamiento, tienen la capacidad de distinguir lo que es justo o injusto; o también lo que es bueno o lo que es malo para cada individuo, esto es incluyendo al pequeño individuito en desarrollo intrauterino; que sí pudiera alzar la voz, de seguro diría que no quiere que le pase nada malo, que tampoco quiere morir por medio del aborto.

Como sociedad consciente y moralmente responsable, no podemos darle la espalda al derecho de vivir de esos pequeñitos. Es una obligación defender y respetar la dignidad de todos los seres humanos. Error es caer en el comodismo de pensar, a mi no me afecta. Nuestra corresponsabilidad como miembros activos de una comunidad, se nos invita a ser útiles con el pequeño, con el débil, a dar frutos de provecho; levantando la mano con indignación para señalar que es un crimen, atentar contra un ser humano que no se puede defender, ahí dormido dentro de su tibio cuartito en que duerme, que viene siendo el vientre de la mamá.

Permíteme disentir, me dijo una vez una elegante dama tapatía, lectora de éstas líneas dominicales. Asimismo parafraseando a la tapatía, joven y guapa gobernadora de Colima, con el respeto que se merece por su condición de mujer y por su alta investidura; cosa que no sucede tener el mismo merecimiento, con sus puntos de vista, con su modo de pensar y con su cruel y despiadada actitud de no proteger como gobernante que es, la vida del individuito más pequeño de nuestra sociedad. . . El niño que va a nacer.

“No consultes al cruel sobre la bondad”

Eclo 37-11

José Díaz Madrigal

 

*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a CN COLIMANOTICIAS.