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México.- El papa Francisco defendió impartir los sacramentos a los divorciados que se hayan vuelto a casar y “en ciertos casos” también si no cumplen la “continencia” sexual reclamada por la Iglesia, en respuesta a un cardenal checo y poco después de las dudas planteadas por otros purpurados conservadores.
El arzobispo emérito de Praga, cardenal Dominik Duka, escribió en nombre de la Conferencia Episcopal Checa a la Congregación para la Doctrina de la Fe para plantear diez dudas sobre la aplicación de la exhortación apostólica “Amoris Laetitia” (2016) sobre la familia.
En ese documento, entre otras cosas, el papa Francisco se abría a la posibilidad de conceder el sacramento de la Eucaristía a los divorciados vueltos a casar en algunos casos y después de completar un proceso de “discernimiento” guiado por la autoridad eclesiástica.
Meses después, el pontífice estableció unos “criterios básicos” para la aplicación de esta doctrina, que no tiene que ver con “permisos”, sino de un proceso “personal y pastoral” que siga la “via caritatis”, es decir, el “camino de la misericordia”, alegaba en una carta a los obispos de Buenos Aires en septiembre de 2016.
La respuesta del Vaticano figura hoy en un documento del antiguo Santo Oficio firmada el 25 de septiembre por el pontífice argentino y por su nuevo prefecto, Víctor Manuel “Tucho” Fernández.
El texto recuerda al cardenal checo que la doctrina de “Amoris Laetitia” se basa en “el magisterio de los pontífices anteriores, que ya reconocían la posibilidad de los divorciados en nuevas uniones a acceder a la Eucaristía”, a la hostia consagrada.
En concreto, Juan Pablo II sostuvo que esta apertura podría darse si la pareja se comprometía “a vivir en plena continencia, es decir, absteniéndose de los actos propios de los cónyuges”, en su exhortación apostólica “Familiaris consortio” (1981).
Asimismo, Benedicto XVI defendió que esa posibilidad podría otorgarse si la pareja se compromete a vivir su relación “como amigos”, escribía en su exhortación “Sacramentum caritatis” (2007).
Francisco defiende en su magisterio “la propuesta de plena continencia para los divorciados y los casados en nuevas uniones” pero “admite que puede ser difícil cumplirlo”, dice el documento de la Doctrina de la Fe.
“Por lo tanto permite ‘en ciertos casos, tras un adecuado discernimiento’, la administración del sacramento de la Reconciliación también cuando no se consiga ser fieles a la continencia propuesta por la Iglesia”, se lee.
La respuesta del papa Francisco al cardenal checo trasciende un día después de su contestación a los “dubia” (dudas) planteados por otros cinco purpurados del ala más conservador, que frecuentemente cuestionan sus planteamientos.
Esta “aluvión” de dudas doctrinales se produce además en la víspera del inicio del Sínodo o asamblea de Obispos que desde mañana, entre otras cosas, debatirá cómo acoger a los homosexuales o dar mayor presencia a las mujeres en la Iglesia.