Además, dejó claro que él no cree en que la solución a la inseguridad del país sea pactar con los líderes de los cárteles de la droga: “ese es un punto que no comparto. Tiene que haber una línea divisoria de autoridad y delincuencia”.
En su conferencia de prensa en la Ciudad de México, López Obrador detalló que emulará en el gobierno federal lo que hizo como jefe de gobierno del DF: una reunión diaria de gabinete de seguridad y si es necesario se trasladará al estado donde se presente una emergencia por violencia o crimen organizado.
Y advirtió a los gobernadores que no aceptará relación alguna de complicidad y les llamará diariamente a las seis de la mañana para que le pasen un reporte de la seguridad en sus estados.
En este contexto, consideró que el caso del ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington debe investigarse, independientemente de si el caso tiene o no la intención política de vulnerar desde el gobierno federal la candidatura del priista Enrique Peña Nieto.
“Para enfrentar a la delincuencia organizada más que fuerza se requiere inteligencia. No se trata de sacar a los soldados sin ton ni son. Se tiene que tener información. El problema se agravó porque no se tenía información. Se dio un garrotazo al avispero a lo tonto”.
Fuente: EL INFORMADOR