*Con ésta y más actividades, la S.C. fomenta el hábito lector en todo el estado.
Redacción|COLIMANOTICIAS
Colima.-Niños y niñas asistentes al Taller Infantil de Animación a la Lectura, realizaron un “Cafecito literario” con motivo de la celebración del Día de Muertos, evento que tomaron como pretexto para disfrazarse y contar historias a padres de familia que se dieron cita en la Biblioteca Central del Estado “Profesora Rafaela Suárez”.
Ahí mostraron sus habilidades con la lectura y narración de cuentos, resultado del taller al que asisten los lunes, miércoles y viernes de 6:00 a 7:00 de la tarde en la ludoteca de dicha biblioteca, situada en Casa de la Cultura de Colima.
Son pequeños de entre 4 a 7 años de edad, aunque el taller también está abierto a niños menores o mayores, de lo que se trata es de contagiarles el gusto de la lectura y la narración. Para recordar a los difuntos, el grupo de menores preparó un programa en el que se caracterizaron para demostrar a los adultos que la lectura también puede ser divertida y fue así como dejaron ver sus dotes como promotores de este buen hábito.
El Taller Infantil de Animación a la Lectura es coordinado por Laura Pizano, quien también imparte en ese recinto el Taller de Lectura en Familia, los martes y jueves en el mismo horario. De esta manera, la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado toma a la familia como eje central de la promoción de la lectura con estos talleres permanentes y otras actividades que desarrolla en distintos lugares, tal es el caso de los cuentacuentos que se ofrecen cada quince días, los miércoles a las 5:00 p.m. para amenizar la tarde en la Librería Educal, ubicada sobre el Jardín Torres Quintero del Centro de Colima.
A estas actividades se suman las que se realizan en las 42 salas de lecturas que se encuentran activas en todo el estado, así como el trabajo que realizan promotores de lectura tres veces por semana en los albergues cañeros de El Trapiche y el Cóbano, principalmente con la comunidad infantil.
De igual forma, se trabaja con adolescentes en el Instituto para el Tratamiento de Menores Infractores, sobre la carretera a Comala y con adultos mayores en el Asilo de La Armonía, ubicado en la capital, abarcando así distintos tipos de públicos en diferentes situaciones de vulnerabilidad.