Nada más me quedan nueve, nueve, nueve…

0

Por: Francisco Jesús Pérez Medina

La ronda escolar que se le vino a la mente al leer el título de esta columna, es aquella en la que se aprende el conteo descendente desde el diez, hasta llegar a uno en la escuela. Algo parecido le sucedió este día al decálogo presentado por el gobierno federal, a través de la Secretaría de Educación Pública, en donde de diez requisitos para el regreso obsesionado, le han quitado uno para quedar solamente en nueve.

Ha sido una semana complicada en la que, nuevamente, el presidente ha expresado que el regreso a clases el 30 de agosto va a ser porque así lo decidió. A pesar de múltiples señales que, por sentido común, destacan que no es el mejor momento para el anhelado regreso a la escuela presencialmente, el titular del ejecutivo se ha mantenido firme en que “llueve, truene o relampaguee” el regreso será en esta fecha.

Sin embargo, la resistencia y el rechazo a su propuesta, no ha hecho sino incrementarse por las dudas respecto a la decisión unilateral que ha tomado. Si antes se tenía incertidumbre sobre la manera en que se llevará a cabo el regreso a clases de manera segura, al quitar uno de los requisitos de manera sorpresiva, ahora, prevalece la impresión de que está improvisando o, peor aún, que las decisiones colegiadas de su gabinete, siempre deben apegarse a lo que su estado de ánimo dicte.

La controversial carta responsiva, debía de ser firmada por los padres o tutores y presentada por los alumnos al regresar a clases como uno de los diez requisitos del protocolo. Éste fue presentado el día 12 de agosto por la titular de la SEP estando presente el presidente y no dijo nada ni comentó que era algo que se podía prescindir. Sin embargo, la ola de críticas hizo que, hoy, se desistiera y expresara que no sabía quién la había elaborado, que ”si van los niños a la escuela y no llevan la carta, no le hace… y que si no los quieren llevar, pues no pasa nada” [AMLO, La Mañanera, 18-08-2021].

Lo que deja en claro con esta decisión, es que no le interesa gobernar, sino administrar su popularidad en la que, ante el asomo de una baja percepción, decide intervenir desde el púlpito presidencial para achacar el rechazo a sus propias acciones a los opositores, a los medios de comunicación, al modelo neoliberal, a los intelectuales y hasta a la clase media por dejarse manipular, eso antes que aceptar que se está equivocando. Es más, si se trata de evadir su responsabilidad, es capaz de juzgar, desmentir y desacreditar a sus propios colaboradores, incluso calificarles de ser resquicio de entes neoliberales.

A la titular de educación, no le quedó más que acatar el retiro de uno de los diez requisitos del protocolo elaborado por su equipo de colaboradores, intentando matizar la determinación unilateral de YSQ en una entrevista exclusiva a Televisa en la que argumentó cómo se tomó la decisión:  “Algunos secretarios nos decían: ´Sabe qué maestra, vemos como que está causando un poco de inquietud esa carta´. Lo valoramos y llegamos a la conclusión de que pues realmente en nada nos apoya” [Gómez Delfina, Televisa, 17-08-2021].

Así, la determinación del gobierno federal de modificar el decálogo para el regreso a clases presencial, para que, al igual que la ronda de los diez perritos, ahora, nada más nos queden nueve, nueve, nueve, nueve, nueve.

Salida

1.- Se disculpa el presidente con las clases medias a quienes acusó de clasistas, racistas, egoístas, ladinos y hasta ser peor que los que tienen más dinero. Así lo dijo hoy “no se molesten conmigo, es de sabios cambiar de opinión” [AMLO, La Mañanera, 18-08-2021].

2.- En Colima, hace una semana y media, el presidente se comprometió a ayudar al gobernador actual y a la gobernadora entrante para que se pagaran los sueldos de los trabajadores y de los maestros estatales, quien, con este anuncio, se ganó el agradecimiento y reconocimiento del gremio. Sin embargo, para esta última quincena, han transcurrido 5 días sin que se otorgue lo que a derecho corresponde. Aplica la frase popular “prometer no empobrece, dar es lo que aniquila”.

3.- La comisión permanente del Senado no logró la mayoría calificada para abrir un periodo extraordinario de sesiones para abordar la revocación de mandato. Si el presidente fue elegido para 6 años, debe concluir su periodo. Aunque éste no esté de acuerdo, pues, tal parece que no desea gobernar sino donde se siente más cómodo como lo hizo durante más de 18 años: haciendo campaña.