MORENA: FUEGO AMIGO

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

Miren ustedes como es la vida. Quién iba a imaginarse que de un conflicto marital, que llegó hasta la violencia de una de las partes, a las cachetadas y a los cachazos de pistola, se iba a desencadenar una serie de eventos vinculados  a la política, que es hoy un polvorín a punto de estallar en Morena por las ambiciones tempraneras de varios de sus actores políticos. Todo mundo trae sus fierros ahí  con deseos de pelear con sus opuestos.

Si el Pri no luce bien por la prevalencia de algunos de sus grupos y por los resultados electorales pasados que originaron decepción, el Pan recomponiéndose por la división que arrastra de varios años atrás, el Prd muriendo de inanición – o ya murió y no nos dimos cuenta  – el Panal, secuestrado por profesores grillos, el Verde debatiéndose en medio de su escasa clientela, el MC agazapado y dispuesto a aprovechar las circunstancias, Morena no resulta la excepción.

Ahí nomás  vuelan las peinetas. Unas mandan abrazos contra las balas de odio de al menos nueve milímetros que algunos (as) están usando para cerrar el paso a una de las opciones más consistentes de Morena, en tanto que otras hablan de ineficiencia en tareas de rutina de la Representación federal.  Además,  los nuevos poderosos de la política local, los morenos para más señas,  sienten que   poco tiempo falta para conquistar el bien más preciado para darle a Colima la alternancia. Pero del plato a la boca se cae la sopa.

Al  escándalo armeritense  se sumó, por cierto, una de las senadoras que aparece mucho en facebook, quien defendió lo indefendible ( al agresor de Armería ), dándose cuenta más tarde de que había regado el tepache. Quiso defender a su pupilo el presidente y salió raspada. Reaccionó positivamente luego, pero ya era tarde.

Mientras tanto, otros aspirantes que pretenden lo mismo que los morenistas, (el poder estatal ) se están frotando las manos porque   sus altos representantes  y dirigentes se  dan hasta con la cubeta, se han dividido a pesar de los buenos oficios del “cabecita de algodón” que ha llamado a la cordura. Si así actúan sin el poder estatal,  ya con él  no se sabe qué pueda pasar.  ¿ Se agarrarían a balazos ?

El interés de los actores no es otro que el de situarse en lo más alto del escalafón político. Las escaramuzas no son gratis. Por un lado, está el liderazgo indiscutible de Indira Vizcaíno quien es favorita en la carrera sucesoria; es la chiquis de López Obrador y además su padre Arnoldo guarda una amistad de muchos años con él, desde que ambos  y ella misma  militaban en el Prd. Arnoldo es de  convicciones inalteradas,  y ha sabido cultivar esa relación con Amlo. E Indira puede presumir de haber ganado dos elecciones en el difícil territorio priísta, una alcaldía y una diputación federal.

Por otro lado, hay  aspirantes que por haber ganado una elección en forma sorpresiva, la de junio pasado, pues no contaban para nuestras comunidades, piensan que tienen el derecho de disputarle a Indira la nominación. Allá ellos y ellas, pero me parece que “atizarle” para sacarla de la jugada  no es el mejor camino. Fracasarán. Donde las dan las toman.  Y tendrán que encontrar mejores argumentos que los usados por sus dos  rivales mujeres. 

En fin, los morenistas tienen un reto fenomenal: no pelearse entre ellos porque se les irá la liebre. Tienen que ser muy inteligentes para procesar el momento actual y dirimir  diferencias al interior de su organización. Deben  tener mucho cuidado en no festinar antes  de tiempo y cuidar sus expresiones en redes sociales, pues hay los que halagan todos los días a Amlo sin citar sus errores,  pero que disparan a diestra y siniestra contra  sus adversarios ofendiéndolos en ocasiones. Es decir, mientras Indira rema en buena dirección y agranda sus méritos,  simpatizantes suyos  le hacen hoyos a la embarcación. Le restan.

Los morenistas tienen que aprender a ser humildes, difícil cosa en política. A no ver adversarios donde hay una idea contrapuesta que no les agrade, una crítica. Morena no es dueña de la verdad, aún la expresión mínima de los “adversarios” tiene su dosis de verdad.

No se desprecie ni se insulte a los que piensan distinto. No se agreda ni minimice a nadie.  Respétese la opinión ajena para que, en buena lid, se respete también la suya, la de Indira, la de los demás aspirantes,   la de Amlo, la de todos. Crezcamos juntos en la diversidad de opiniones. Insisto: restan dividendos   los insultos por encomienda o por voluntad propia . . . . . .