Mamá, soy Paquito

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Por: Jonás Larios Deniz*

A unos días de conmemorarse en México el día de la madres, las redes sociales están ya inundadas de pensamientos hacia ellas; los hay de agradecimiento, cariño y de respeto. Algunos de las publicaciones expresan dolor, porque sus madres ya murieron; dejan ver, la gran tristeza con la que pasarán el diez de mayo, anhelando la presencia de su madre. El dolor que reflejan me hace recordar el poema “Paquito”, de Salvador Díaz Mirón, “poeta nacido en Veracruz (México) el 14 de diciembre de 1853, quien al igual que su padre, fue periodista y apasionado de las letras. De niño fue influenciado positivamente por su progenitor, un importante autor de su tiempo, a los 14 años comenzó a escribir de forma comprometida y siendo todavía muy joven era un distinguido poeta” (http://www.poemas-del-alma.com/salvador-diaz-miron.htm). Parte del poema dice así: Cubierto de jiras,/ al ábrego hirsutas/ al par que las mechas/ crecidas y rubias,/ el pobre chiquillo/ se postra en la tumba,/ y en voz de sollozos/ revienta y murmura:/ «Mamá, soy Paquito;/ no haré travesuras»./ Y un cielo impasible/ despliega su curva./ «¡Qué bien que me acuerdo!/ La tarde de lluvia;/ las velas grandotas/ que olían a curas;/ y tú en aquel catre/ tan tiesa, tan muda,/ tan fría, tan seria, y así tan rechula!/ Mamá, soy Paquito;/no haré travesuras». Y allí, desde la imagen dolorosa de un niño que pierde a su madre y la llora en la tumba, considero pertinentes tres reflexiones: 1. Indaguemos, con discreción, quienes de nuestros amigos, alumnos, compañeros, etc. son huérfanos y no tendrán a donde ir a festejar este día, para hacerles un espacio en nuestras familias y darles un poco de paz a sus corazones, sean niños, jóvenes o adultos. 2. Combatamos juntos el machismo; las prácticas violentas, en todos los ámbitos y niveles afectan fundamentalmente a las mujeres, de las cuales, muchas son madres. El punto aquí es que la construcción de una cultura por la paz inicia, casi siempre, con el respeto hacia las mujeres. 3. Vayamos a la calle, a los albergues y orfanatorios a dar consuelo a los que han perdido a sus madres. El poema “Paquito” nos revela la maldad con la que tratamos a los huérfanos y cómo éstos sufren porque ya no volverán a tener su protección y su cuidado. «Buscando comida,/ revuelvo basura/  Si pido limosna,/ la gente me insulta,/ me agarra la oreja,/ me dice granuja,/ y escapo con miedo/ de que haya denuncia./ Mamá, soy Paquito;/ no haré travesuras»./ El diez de mayo es un festejo tan exacerbado que, es muy doloroso para los que han perdido a su progenitora; seamos prudentes y considerados con ellos. En los años ochentas, Pedro Fernández, (Pedrito) hizo popular el contenido de la poesía a través de una canción y Paquito Cuevas y Resortes hicieron lo propio a través de una película. Por cierto, una parte importante del poema, luego canción y película, destacan la necesidad de que un padre asuma su obligación como tal frente a los hijos. «Papá no me quiere./ Está donde juzga / y riñe a los hombres / que tienen la culpa. / Si voy a buscarlo, / él bota la pluma, / se pone muy bravo, / me ofrece una tunda. / Mamá, soy Paquito; / no haré travesuras». ¡Feliz día de la madre!

* Profesor-investigador de la Universidad de Colima.