Por. Jaime E. Medina
El tener unas bodegas con aquel Oro Blanco ya casi por terminar de la zafra pasada, hace que cientos de trabajadores de la Sociedad Cooperativa de Salineros regresen con anticipación a mediados del mes de febrero a aquellos campos arenosos que proporcionan uno de los alimentos más antiguos y elementales dentro de la gastronomía de todo el mundo, que es, la sal.
Al resplandor del sol, ya se encuentran marcando y bordeando, y algunos, ya con estanques llenos y sal en el asoleadero, dando vida y significado a aquella extensión de tierra conocida como el Playón, epicentro del brote de miles de toneladas de aquel mineral salino, donde hombres y mujeres fuertes y correosos trabajan con la compañía de sus herramientas que guardan dentro de sus enramadas hechas de una forma artesanal y austera que se encuentran a un costado de sus eras.
La ausencia de humedad y agua dentro de los caminos y lotes de trabajo de aquella gran extensión de tierra, hace la garantía que ya pueden ser trabajadas y andadas.
Cuyutlán, ya tiene a sus nuevos inquilinos conocido como los artesanos de la sal proveniente de los diferentes municipios y poblados del Estado, como son: Cuauhtémoc, Villa de Álvarez, Comala, Manzanillo, Tecomán, Armería, entre otros; presencia, que trae consigo, una vida comercial con la apertura de tienditas, talleres, puestos de comida, o simplemente, el aumento de consumo dentro del pueblo.
Volteos, bodegas y motobombas, ya se encuentran listas para dar definición a la nueva meta a alcanzar, que son, más de 50 mil toneladas para este año 2025, y que con gran tradición y costumbres se sigue pizcando, obviamente, ya en estos tiempos con nuevas herramientas y técnicas que facilitan dicho proceso de obtención del afamado mineral.
Como dato interesante, en los años de 1600 y 1800, la ciudad de Villa de Álvarez y alrededores, se quedaban solas en los primeros meses del año cuando iniciaba la temporada de la sal, debido a que la gran mayoría de las personas que habitaban este municipio, se dedicaban a la obtención de este elemento salino, ya que era una labor que ocupaba mucha demanda debido al descubrimiento de purificación y limpieza que hace este mineral sobre la plata, ocasionando, una alta demanda en el país por aquellos tiempos.
Si hablamos de los salineros de Colima, estamos haciendo referencia a un sinfín de pasajes de historia en nuestro Estado, son muchos los años que esta bonita labor u oficio a prevalecido en nuestro territorio, trayendo consigo, trabajo, beneficios económicos, turismo y promoción cultural y gastronómico en otros países y ciudades.
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