Lluvias históricas

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Editorial
En 1959, Colima fue noticia a nivel nacional e internacional, la entidad prácticamente se inundó, mucho menos de la mitad de la población lo recuerda, porque la otra parte de la ciudadanía  o eran muy pequeños o simplemente no habían nacido.
Desde ese ciclón que azotó el estado de Colima no había registro en ninguna otra temporada de lluvia que se precipitara tanta agua en tanto tiempo, es decir, estamos presenciando la temporada de lluvias más copiosa en la historia reciente de Colima.
Este fenómeno meteorológico coincidió además de que la tormenta Manuel que bordeó a prácticamente todo el pacífico mexicano desde  Oaxaca hasta las Baja Californias,  junto con la tormenta Ingrid que impactó en el Golfo de México, afectando desde Veracruz y Tamaulipas, pero sus remanentes se sintieron fuertemente en  San Luis Potosí, Hidalgo y Nuevo León, por mencionar a los más afectados.
Los daños más severos de la tormenta tropical Manuel se localizaron prácticamente en Guerrero, que sufrió el mayor número de muertos, más de 40 de los cerca de 60 decesos que ocasionaron ambos fenómenos.
Además de las más de 90 carreteras de cuota y libres, así como caminos rurales y puentes que dejaron incomunicados a decenas de poblaciones de Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Veracruz y Tamaulipas, por mencionar algunos.

En el caso de Colima, aunque recibimos el impacto directamente en Manzanillo, cabe mencionar que la tragedia en la entidad se pudo evitar gracias a la oportuna intervención de elementos de protección civil, quienes actuaron de manera rápida para desalojar a personas que estaban en riesgo de ser arrastrados por las crecientes de ríos, como en las comunidades de El Centinela y el Chavarín, donde reubicaron y albergaron a varias familias.
Aunque los municipios más afectados fueron Manzanillo, Tecomán, Ixtlahuacán y Minatitlán, cabe mencionar que los daños no fueron tan cuantiosos como en el resto del país, por donde se desplazaron las tormentas.

La problemática de las inundaciones que ha estado afectando constantemente a la ciudad de Colima y Villa de Álvarez, principalmente tiene factores no sólo naturales, sino de responsabilidades de anteriores obras públicas ejecutadas, de planeación y también de constructoras que fraccionan sin prevención alguna; pero esto es un tema para tratarse por separado en otra ocasión.

Es preciso apuntar que las autoridades estatales y municipales estuvieron atentos en todo momento, antes, durante y después de Manuel, para proporcionar la ayuda necesaria a la población e iniciar inmediatamente con el recuento de los daños y la reparación de la infraestructura carretera y vial, como sucedió en los municipios de Colima y Villa de Álvarez, principalmente.
Es digno reconocer que en Colima al parecer tanto autoridades como población hemos aprendido de los desastres naturales y si bien no terminamos de acostumbrarnos, por lo menos actuamos con precaución y solidaridad ante la posible tragedia.