La política humanista

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Democracia deliberativa

Por: Ángel Durán

El sistema constitucional humanista, que ha emergido principalmente por la reforma a nuestra carta magna en junio de 2011, donde obliga a toda autoridad e institución pública, incluyendo a aquellos entes, que reciben presupuesto del Estado mexicano, tienen que llevar su función de forma humanista; entendiendo a ésta, como la acción llevada a cabo, a fin de proteger los derechos humanos que se les ha encomendado.

De acuerdo al artículo 41 de la Constitución, los partidos políticos, son entidades de interés público y tienen como único fin, la democratización de la nación; esto es, deben de buscar a los mejores hombres y mejores mujeres a fin de desempeñar un cargo de interés social; todo ello lo hacen a través de una doctrina política, creada por nuestro sistema democrático.

De ahí que, la política, que como sistema tenemos en México, cumple una función social importante, que no es otra cosa más, que la forma y el estilo de cómo se ejerce el control político en nuestro país, tanto en el ámbito federal como en el ámbito estatal.

A sido una costumbre histórica, en la que los partidos políticos, han manejado el sistema político a su manera y en las últimas décadas bajo una confrontación social en donde no hay identidad, cayendo hasta un 15% de confianza social en nuestro país; lo que nos obliga, como sistema y como sociedad, a reordenar el sistema político que como sociedad debemos de tener.

Así pues, entendiendo que el partido político, es la institución que eminentemente tiene la obligación de la democratización en nuestro país, y ahora forzados por la existencia y operación de las candidaturas independientes, se debe regresar a la esencia natural, de lo que realmente significa, el hacer política de beneficio a la humanidad.

Y es que, es interesante, ¡muy interesante! saber, que bien manejado el sistema político y éste se verá por la forma de identidad y aprobación social, pues se genera condiciones adecuadas para una convivencia del pueblo; mientras que cuando hay una separación entre quienes ejercen el poder y quienes se lo dieron, -que es el pueblo-, lo que se visualiza es, desigualdad, corrupción, impunidad y una serie de calamidades sociales, que no deben tener cabida en una democracia como la nuestra.

Por eso es que, a la actual forma de hacer política, se le debe dotar y imbuir en el conocimiento, en la práctica y en el ejercicio, de utilizar los principios y reglas del humanismo; una corriente que no es nueva, pero finalmente, a nuestro sistema político le caería bien, que, quienes detentan el poder, llevar a cabo esa función pensando que la democracia mexicana, tiene que garantizar los derechos humanos de carácter político que establece nuestra Constitución y compromisos internacionales; pues, nuestro estado constitucional, hoy obliga también a los partidos políticos, a garantizar la dignidad humana, por eso es que, ahora tenemos un estado de derecho constitucional humanista y como consecuencia los partidos políticos y candidatos y candidatas independientes, necesitan defender el humanismo bajo una concepción de beneficio para la humanidad.

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