La obsesión presidencial por el regreso a clases

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Por: Francisco Jesús Pérez Medina.

Ya son reiteradas señales que indican una obsesión del presidente de la república por el anhelado regreso a clases. Nadie puede negar, ni alumnos, ni maestros, menos los padres de familia que existe un interés por el regreso a clases de manera presencial; pero esa lectura, no ha sido interpretada de manera correcta.

El querer regresar a clases, el estar cansados del encierro -por quienes sí cumplen-, el fastidio por atender la modalidad a distancia, el exceso en la carga de trabajo que ha implicado para los maestros trabajar en esta modalidad, incluso, el que los niños estén demasiado tiempo dedicado a jugar en plataformas digitales “…por horas, por horas” [AMLO, 22-07-2021; Las mañaneras], no significa que será valorada ni aceptada como una decisión acertada y segura, menos si ésta supone ser el capricho de una sola persona, ya que se niega escuchar a los especialistas, ver el ejemplo de otras naciones y analizar el resultado de los intentos fallidos de algunos estados que se sometieron a su voluntad como fue el caso en el Estado de Campeche -que estuvo en verde y se vacunó a la mayoría de los docentes- ni por la regente en la ciudad de México, que anunció el regreso a clases por indicaciones superiores justo antes de las elecciones y a dos semanas de concluir el ciclo escolar. El resultado fue una previsible decepción: regreso al semáforo amarillo y el aumento en una tercera ola que parece más severa que las anteriores.

La obsesión, ha sido considerada una virtud en él por sus seguidores, pues sin esa actitud aspiracionista no habría llegado al cargo luego de tres elecciones; sin embargo, no se trata, ahora, de su legítima aspiración personal, sino de algo delicado y que no puede tomarse a la ligera: la salud de los mexicanos.

Hace una semana reiteró su decisión personal de que “vamos a reiniciar clases, así en definitiva, no hay nada que lo impida. Hay un pequeño rebrote, afortunadamente, de contagios” [AMLO, 14-07-2021; Las mañaneras]. Nadie comprende esta disposición, ni siquiera sus propios funcionarios quienes ya han anunciado -aunque se contradigan a lo que han venido insistiendo desde el inicio de la pandemia- que se modificará la semaforización conocida previamente para que, aún, en semáforo en rojo, se regrese a clases. 

De continuar con esta obsesión, es predecible que la población inicie un malestar y descontento por una decisión a todas luces equivocada. El anhelo de regresar a clases presenciales, no debe ser interpretado como aquél niño que quiere comprar un dulce y al que hay que cumplirle el capricho. Aquí se trata de cuidar y salvar vidas, pues la muerte de un solo niño, una joven, una madre o padre de familia, una maestra o maestro tendrá un responsable y ése será quien haya determinado el regreso a clases, sin atender ni escuchar a todos los implicados. 

Salida

1.- En la agenda pública de esta semana, se ubicó como tema trascendental el espionaje telefónico por los Gobiernos. Se dice que ya no se espía, pero, como todo en este gobierno, se resguarda la información por 5 años por “seguridad nacional”. Es decir, hay que creerles como si sus dichos fueran dogmas de fe.

2.- Los 528 millones de pesos destinados a la consulta popular, servirá, únicamente, para contabilizar a los fieles seguidores del presidente de la república.   

3.- Iniciaron los juegos olímpicos Tokio 2020. Desear el mayor de los éxitos a la delegación mexicana. Próximamente iniciarán los paralímpicos en los que Colima tiene un extraordinario representante, el orgullo de Ocotillo, Edgar Barajas Barajas.