Por: Christian Peña
Todos conocemos la estatua que adorna el popularmente llamado “Panteón de los Gringos”, pero puedo asegurar que a pesar de que mucho se ha escrito con respecto a su historia, pocos la tienen presente y muchos ni su nombre recuerdan.
Esta belleza, fue esculpida en un mármol blanco que es extraído de las montañas de Carrara, Italia. Este mármol es tan fino que era el preferido para esculpir por los romanos, también es el mismo que se utilizó para el David de Miguel Ángel.
Antes de llegar a Colima, está estatua estuvo en el Estado Jalisco; fue adquirida por el Gobernador Miguel Ahumada (originario de Colima), y la utilizo para adornar uno de los balcones del antiguo Palacio de Gobierno, en Guadalajara.
Pero, ¿Como fue que llegó a ese balcón desde Italia?
Bueno, pues para la época en la que el General Porfirio Díaz estuvo apostando a la inversión arquitectónica para la modernización del País, llegó desde Italia un joven de nombre Carlo Nicoli el cual se hacía acompañar de varias esculturas las cuales trajo para su venta, entre ellas venían dos hermosas gemelas las cuales por nombre llevaban “La Libertad” y “La Fortuna” de las cuales el Gobernador de Jalisco en ese entonces se enamoró y las adquirió, junto con otra más denominada “La Guerra”. Mientras estás eran trasladadas hacia Guadalajara, Carlo Nicoli era contratado para esculpir las esculturas que llevaría por decoración el Palacio de Bellas Artes.
El Gobernador Miguel Ahumada tomo la decisión de poner a las gemelas custodiando los balcones de Palacio de Gobierno y a La Guerra en alguno de los pasillos del recinto. Sin embargo él gobernador posterior quien llevaba consigo la bandera de la Revolución, ordenó quitarlas de ahí, pues simbolizaban para él un recuerdo del antíguo mandato.
Entonces, ¿Cómo fue que llego a Colima?
Pues todo tuvo que ver con la Revolución y sus consecuencias; para ese entonces los nuevos mandatarios llegaban al poder tratando de borrar huella de todo lo que oliera al pasado que buscaban sepultar.
Así que buscando deshacerse de ellas, regalaron a Colima “La Libertad”, quedándose con la gemela, la cual por muchos años estuvo en una bodega en completo abandono. La Guerra, fue obsequiada a Celaya, Guanajuato.
Colima carente de recursos para esculturas de esa índole, acepta el regalo y la coloco en El Jardín de la Independencia, nombrado por la gente de ese entonces el Jardín Chiquito, mismo que hoy lleva por nombre Jardín Prof. Gregorio Torres Quintero, el cual está situado en la parte trasera de nuestra Catedral.
Su peregrinar por la Ciudad
Fue aquel terremoto ocurrido la mañana del 15 de abril de 1941 el que llevo a la torre norte de catedral y a La Libertad hasta el piso, logrando que los daños sumarán una fuerte cifra. Un temblor difícil de borrar de la memoria de la gente del Colima de Ayer.
Tras la tragedia y ante la escaces monetaria, se la llevaron a una bodega de resguardo municipal; si, exacto, a una bodega, tal como su gemela, la cual para ese entonces ya estaba restaurada y trepada en un pedestal en la Plaza Tapatía.
Años después de su abandono fue colocada en El Parque Hidalgo, al sur de la capital; sin brazos, con los dedos del pie derecho mutilados. Lugar donde recibió el peor de los tratos en la historia de la estatua en Colima: pintada, despintada, raspada. ¡Increible!
En el año de 1985, fue trasladada a su actual sitio; un lugar que para ese entonces estaba recién terminada la obra y habría sido destinada a jardín público, al cuál solo le faltaba un icono para resaltar la belleza del lugar. El lugar que fungió en el pasado como Panteón de los extranjeros arraigados a Colima. Ahí, pegado a el puente de Las Niñas, por el rumbo a la fábrica de San Cayetano. Siendo hasta el día de hoy su morada.
La última engalanada que le dieron fue en el 2013 por parte de la Secretaría de Cultura con apoyo de Conaculta.
Su hermana, La Diosa Fortuna, fue restaurada por un nieto de Nicoli; actualmente es la anfitriona del mundialmente famoso Teatro Degollado, ubicado en el mero corazón de Guadalajara.