La incongruencia de Yulenny 

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Por: Manuel Godina Velasco 

Quienes radicamos en la zona conurbada de Colima y Villa de Álvarez, somos testigos, mejor dicho somos afectados de una u otra manera por sus desaciertos, sus caprichos y altanería en la forma de actuar al frente de la comuna villalvarense. Seguramente quien no es oriunda de ese municipio quiere demostrar a sus habitantes que ella sí es persona de carácter para hacer cosas o tomar decisiones que muchos alcaldes anteriores no se atrevieron a hacer.
Con motivo de las tradicionales fiestas charrotaurinas de la Villa, Yulenny decidió por sus pistolas, varios cambios que tienen molestos a los tabladeros.

Primero les quitó la posibilidad del ingreso para equilibrar su inversión en madera, petates y sillería que utilizan en cada tablado,  al ordenar que el sábado, día que garantiza una mayor concurrencia, se dedicara a la presentación de un espectáculo artístico de nivel, como fue el caso del reconocido pianista Raúl Di Blasio, en un lugar totalmente inadecuado para ello, sin la acústica que se requiere y lo peor, en medio de un terregal. El evento se vio deslucido por la poca asistencia y los tabladeros enojados por quitarles un día de ingresos.
Días antes del inicio de las fiestas, impuso el nombre de La Petatera a un tramo de la vialidad que lleva por nombre Griselda Álvarez, lo que ocasionó la censura y el reclamo de muchas organizaciones feministas, de historiadores y gente de la cultura, que consideran una ofensa la mala decisión de la alcaldesa, quien arremetió contra la prensa y los inconformes expresando que era una decisión tomada y no aceptaría rectificar su acuerdo.

Por si esto fuera poco, en esa feria que ya se convierte en la feria de los dislates, caprichos y tonterías, Yulenny en forma burlona y retadora decide no solo  incumplir con una recomendación de la Comisión Estatal de los Derechos humanos, para que la administración municipal impida el ingreso de los menores de edad a las corridas  a muerte de toros, donde la violencia, el maltrato y la barbarie de  los humanos se manifiestan sin piedad alguna.
Yulenny, a quién parece ninguna institución le puede señalar nada, en ese afán retador patrocinó un mini desfile dentro de la plaza La Petatera con un grupo de niños de entre 5 y 10 años, que los obligaron a portar una manta con la leyenda Sí a los niños a los toros, esgrimiendo la alcaldesa la insostenible idea de que “mientras los padres lo permitan, ella no tiene por qué impedirles ese derecho”, así que si los padres deciden prostituir a sus hijos , el municipio no debe impedir que lo hagan. ¡Vaya pues!