La importancia de Sembrar Árboles

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Por: Rodolfo F. Carrillo Moreno

Sembrar árboles es importante porque contribuyen a mejorar el medio ambiente, la salud y el bienestar de las personas. 

Pero si viene el pero, no nada más es ir a sembrar y dejarlos a su suerte, no, por lo menos se deben cuidar los árboles reforestados mínimo 3 años, así tendremos una taza de crecimiento mínima del 80%, ahí es donde cambia la cosa.

Beneficios ambientales:

*Combaten el cambio climático: Absorben dióxido de carbono (CO2) y liberan oxígeno. *Purifican el aire: Filtran partículas contaminantes. *Regulan la temperatura: Reducen las islas de calor y enfrían las ciudades. *Protegen el suelo: Evitan la erosión y mantienen el suelo fértil. *Aportan agua: Captan agua para los acuíferos y regulan el flujo de agua. *Contribuyen a la biodiversidad: Son hábitat de fauna y flora*

Beneficios para las personas:

*Proporcionan alimentos: Son fuente de alimentos, medicinas, madera, combustible y fibras. *Mejoran el bienestar emocional: Reducen el estrés y mejoran el estado de ánimo. *Proporcionan sombra: Ayudan a enfriar el entorno en los días calurosos. 

Beneficios para la comunidad: 

*Contribuyen a la resiliencia, sostenibilidad y equidad de las ciudades. *Ayudan a mitigar y adaptarse al cambio climático. *Reducen el riesgo de desastres. *Mejoran los medios de vida.

En México tenemos una gran diversidad de ecosistemas, los cuales nos permiten sembrar dependiendo de la zona geográfica arboles de diferentes clases, pero si pero no solo es sembrarlos si no también cuidarlos, se debe de tener también la conciencia de que los árboles después del trasplante deben cuidarse mínimo tres años. 

Los señala la FAO en México, es necesario mejorar significativamente la supervivencia y la tasa de crecimiento de las plántulas en los sitios reforestados para contrarrestar los efectos negativos de la deforestación en México. Se requieren dos acciones principales:

En primer lugar, se necesita un aumento sustancial del presupuesto asignado por hectárea reforestada al programa de reforestación del gobierno federal y estatal, denominado Programa Nacional de Reforestación (PRONARE). El presupuesto actual del PRONARE, de aproximadamente 58 millones de dólares (CONAFOR 2002), que estimamos equivale a 276 dólares por hectárea y 0,25 dólares por plántula plantada (considerando que el espaciamiento estándar en reforestaciones es de 3 mx 3 m), apenas es suficiente para producir plántulas de baja calidad y plantarlas. Por lo tanto, (a) el gobierno mexicano necesita aumentar sustancialmente el presupuesto asignado a los programas de reforestación, quizás al menos cuatro veces lo programado actualmente, o (b) el gobierno mexicano necesita reducir sustancialmente el número de hectáreas reforestadas, quizás de casi 200.000 ha/año a 50.000 ha/año, lo cual, manteniendo el presupuesto actual, aumentará la calidad y el mantenimiento de las reforestaciones.

Existen pocas comunidades bien organizadas con una industria forestal integrada que incluya desde el manejo sustentable de rodales naturales (con regeneración natural o artificial exitosa) hasta la venta de muebles de alta calidad, como la comunidad étnica purépecha de Nuevo San Juan Parangaricutiro, en el estado de Michoacán (Sánchez-Pego 1995, Jaffee 1997). Una comunidad como esta cuenta con los recursos naturales y financieros, la capacitación y la organización para encargarse de las reforestaciones por sí misma. Desafortunadamente, su caso es más bien excepcional, y se requieren subsidios mayores para lograr una reforestación más exitosa en la mayor parte del país.

En segundo lugar, es necesario un aumento sustancial del apoyo financiero a la investigación y la gestión en las siguientes cuestiones:

Probar diferentes estrategias para lograr la restauración ecológica según el nivel de degradación de los sitios (Hobbs y Norton, 1996). Por ejemplo, establecer pastos nativos, luego arbustos fijadores de nitrógeno y finalmente árboles.

Generar tecnología para obtener la propagación (a nivel operativo) de especies endémicas como arbustos fijadores de nitrógeno ( ej. Lupinus ), árboles fijadores de nitrógeno y especies clave del bosque seco tropical, como especies arbóreasdel género Bursera.

Probar nuevas formas de producir plántulas en viveros forestales, como alternativa a las prácticas actuales de utilizar bolsas plásticas y tierra forestal.

Establecer un gran número de pruebas de campo de especies y procedencias, y delimitar las zonas de semillas, como guía para decidir la transferencia de semillas y plántulas, a fin de contar con información confiable para adecuar adecuadamente el potencial de crecimiento y adaptabilidad de las especies y procedencias a las condiciones ecológicas de los sitios que se reforestarán. La delimitación de las zonas de semillas debe realizarse provisionalmente con base en información climática, topografía, distribución de especies y límites administrativos, mientras se desarrollan las pruebas de procedencia y las pruebas de jardín común, y se confirma la delimitación de las zonas de semillas (Nienstaedt et al. 1990, Saenz-Romero y Clausen 1991).

Dentro de cada zona semillera sería deseable tener rodales semilleros designados y establecer áreas de producción de semillas y huertos semilleros -lo que requerirá previamente de selección de árboles y pruebas de progenie.

*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a CN COLIMANOTICIAS.