La falsa huelga

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Por: Amador Contreras Torres

La cerrazón y la intolerancia que ha caracterizado al ex líder del Sutuc, Leonardo Gutiérrez Chávez, y a sus seguidores, los ha llevado a la derrota moral y política con una falsa huelga de hambre que ha merecido el vacío de la sociedad colimense y de la comunidad universitaria –tal como lo documentó una espléndida investigación periodística de Adalberto Carbajal en Ecos de la Costa- que da cuenta de los vasos de tejuino y de tuba que consume el ex dirigente del Sutuc, además de los variados platillos que degusta ya sea en la Pizzeria Nápoli, el Hotel Ceballos y en otros lugares, el depuesto ex secretario general de los trabajadores de la Universidad de Colima.

Bien decía Octavio Paz que el “fascismo es pernicioso porque carcome el espíritu”. En efecto, los “leonardistas” agredieron físicamente a dos funcionarios universitarios y rompieron la posibilidad de diálogo al que había convocado el rector por razones humanitarias, ya que, como sabemos, a la institución le asiste la razón jurídica, la razón política y moral, pues el Fosap es un asunto resuelto, la base trabajadora depuso a su ex dirigente por su radicalismo y cerrazón, y ahora hay un nuevo líder gremial, Luis Enrique Zamorano, quien es reconocido por las autoridades laborales competentes.

El gobernador Mario Anguiano Moreno, ha ratificado su apoyo indeclinable al rector y a la casa de estudios en este diferendo y a pesar de su amabilidad y tolerancia, para con las hordas germanas que siguen a Leonardo, fue insultado soezmente, llamándolo “mentiroso” y “Pinocho”, en el evento alusivo a la celebración del día del Maestro en el Teatro Universitario.

A pesar de la bajeza de los insultos, el titular del poder ejecutivo estatal, Mario Anguiano Moreno hizo un respetuoso llamado al diálogo, lo cual fue aceptado por el Rector José Eduardo Hernández Nava, quien convocó a una mesa de conversaciones y acuerdos, en el Hotel Ceballos, el pasado sábado 17 de mayo a las 9 de la noche, lo cual fue reventado por la violencia verbal y física y la intransigencia de los “leonardistas” que al hacer imposible la conversación, se nulificaron a sí mismos. Flaco favor le hicieron a su líder extraviado en el maximalismo del todo o nada y del radicalismo que los ha llevado a la derrota.

La sociedad colimense ha verificado, que, por medio de la violencia, la estridencia verbal y los gritos, contrarios a la civilidad, la tolerancia, el diálogo y la construcción de consensos y acuerdos,- que son inherentes a la política- los seguidores de Leonardo Gutiérrez Chávez, hicieron imposible el diálogo al que convocó el Rector de nuestra máxima casa de estudios, José Eduardo Hernández Nava.

En un ejercicio de transparencia, la Rectoría, convocó a toda la prensa para dar cuenta puntual de las conversaciones y de los eventuales acuerdos que se tomaran. Sin embargo, para empezar, se empecinaron en entrar todos los seguidores de Leonardo en tropel e impidieron el acceso de los compañeros de los medios de comunicación con insultos de baja estofa, como “prensa vendida”, “prensa cochina” y otro tipo de expresiones impropias de un ciudadano universitario.

Ellos cometieron ese grave error de insultar a los medios de comunicación y ellos serán los responsables de pagar las consecuencias con el descrédito de su líder y de sus mecenas, sus entusiastas patrocinadores, la ultraizquierda y la ultraderecha colimense, que han vuelto a demostrar, en su apoyo a esta asechanza contra la autonomía universitaria, de que es cierta aquella máxima de que, “los extremos se tocan”.

Al agredir físicamente con gas pimienta al Secretario General de la casa de estudios, Christian Torres Ortiz Zermeño y al Secretario Privado del Rector, Fernando Sánchez Cárdenas, le hicieron un grave daño a su propio movimiento político y se sumieron en un grave descrédito.

Los dos funcionarios, ambos muy cercanos al Rector de la institución, tuvieron que ser atendidos en las instalaciones de la Cruz Roja. Es un hecho que se configuran elementos delictivos en esa agresión y, habrá que señalar, desde luego, que, si las cosas, siguen como van, si toman un sendero indeseable, ajeno a la civilidad y la tolerancia, seguramente, se puede incurrir en conductas delictivas que pueden ser sancionadas, pues debe imperar el Estado de derecho. Ojalá prevalezca la mesura en los huelguistas y se den la oportunidad de conversar con respeto y madurez, atendiendo el llamado al diálogo que se les ha ofrecido.

La ética y la civilidad deben prevalecer por encima de las discrepancias. El respeto es un elemento fundamental de la convivencia en sociedad. La paz social, el diálogo y la tolerancia son elementos indispensables en la política. Lo contrario, es la barbarie y para eso tenemos las leyes y un país de instituciones que, por muchos años, hemos construido los mexicanos.

La sociedad le ha hecho el vacío a Leonardo Gutiérrez, a excepción hecha de los grupos radicales de la izquierda de Morena y del PRD, que lo apoyan   así como de sectores fanáticos de la ultraderecha colimense, algunos de color azul, que han visitado a Leonardo y le dan cuerda y ánimos para que persista en su desesperada lucha contra la institución educativa, que es el proyecto educativo más grande que tenemos los colimenses, una entidad académica que ha sido construida por muchas generaciones y que, por sus logros, ha merecido el reconocimiento nacional e internacional, a la vanguardia entre las instituciones de educación superior del país.

No es la primera vez que los enemigos de la casa de estudios y de la autonomía universitaria enderezan ataques contra la Universidad de Colima. En 1940, los neoporfiristas se opusieron a la fundación de la Universidad Popular de Colima, un proyecto alentado por el estadista y presidente Lázaro Cárdenas. En 1976, también la ultraderecha local se opuso, sin razones y sin sustento, a la creación de la Facultad de Medicina. Hoy, de forma lamentable, los extremos de la izquierda y la derecha, de forma soterrada apoyan a este personaje dominado por el radicalismo.

Sin embargo, que quede claro, y que no se equivoquen: hoy como ayer, los universitarios y la sociedad, defenderemos con vigor y pasión la autonomía universitaria y la viabilidad y pertinencia social del mayor proyecto educativo de nuestro estado y su región.