Por: Ángel Durán.
La facultad de derecho de la Universidad de Colima, es una institución, que tiene que ponerse al corriente en todos los cambios sociales y jurídicos que se han venido dando en las últimas dos décadas del siglo XXI; y uno de ellos, muy importante, es, que, le dé la oportunidad a las catedráticas de ocupar todos los cargos de la facultad en igualdad de circunstancias que los hombres; pues basta observar, que esta institución a pesar de ser la facultad de derecho, donde se gesta a la abogacía colimense y se enarbola la búsqueda de la justicia, nunca ha tenido como directora a una mujer. Esto dice mucho, pero actualmente y ahora que tenemos un rector con nuevos bríos, tendrá que voltear a ver esta desigualdad entre los géneros y cumplir con lo que dice la Constitución.
Pero hay otro motivo por el cual, la facultad, debe tener una directora; y es que, en 2019 se crea la reforma constitucional, para garantizar la paridad de género en todos los cargos; incluyendo a las universidades, y; en abril de 2021 se crea todo el marco jurídico legal y procesal reglamentando esa reforma a la carta magna, para que no haya ninguna duda, de la igualdad en el desempeño de un cargo entre hombres y mujeres, privilegiando incluso la elección de mujeres, de conformidad a lo que dispone el art. 35 constitucional.
Por eso es que, el rector, tendrá que practicar una democracia constitucional vigente y tendrá que designar a una mujer invariablemente, porque así lo exige la constitución y la ley y en la que, por primera vez en la historia de la facultad de derecho, tendremos a una mujer como directora y así de todas aquellas facultades que integran a la Universidad de Colima, deberá ser igual.
Está por concluir el cargo del actual director, y por ello, las maestras de esa facultad, deben ir jugando sus cartas y demostrar, que tienen los méritos y capacidades para hacer el mejor papel, que no hay duda de que lo tienen, en ocupar el máximo cargo de esta institución; por supuesto que, con su experiencia y el pensamiento del género femenino, se enriquecerá la democracia educativa y se empezar a trabajar en mejores condiciones de igualdad de acercar la brecha tan dispar que han tenido y en donde las mujeres, siempre han sido discriminadas única y especialmente por de género para ocupar ese cargo.
La paridad en todo se da, al modificarse la constitución y la creación de leyes especiales, y viene a fortalecer el Estado democrático, y hablando sobre este valor y este derecho humano que tienen los y las universitarios, como una vertiente individual y un derecho de interés colectivo de la sociedad a contar con una institución educativa democrática, en una vertiente de interés colectivo, es que la Universidad de Colima y el encargado de designar los puestos de la dirección de las facultades y la de derecho y de todos sus instituciones educativas, debe garantizar este derecho humano.
Además la U de C debe a la brevedad hacer una gran reestructura en el marco jurídico para meterla a las instituciones educativas de México que trabajan con los valores democráticos de forma real, ya que sus leyes ya no cumplen con las exigencias actuales y así fomentar dentro de la comunidad universitaria, a la democracia como un valor que se aprende en las aulas; pues el poder universitario, exclusivamente en manos de hombres en estos tiempos, ocasiona un demérito en la democracia Universidad y genera discriminación, “ahora prohibido por la constitución ante la reforma de paridad en todo”.