La Educación a distancia, abre líneas del pensamiento…

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La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

El término Educación a Distancia era conocido ampliamente en el medio rural y en aquellas modalidades no presenciales que buscaban que de alguna manera las personas concluyeran su educación básica, media superior y superior, pero este término abre muchas líneas del pensamiento.

Algunos sitios de internet  ofrecían desde hace años, la modalidad en línea para que su hijo o hija aprendiera desde casa, a través de un dispositivo y aunque estos sitios no están normados, los padres de familia que viajaban constantemente o por razones de religión encontraron en estas plataformas un mecanismo ideal para que sus hijos obtuvieran los conocimientos necesarios de la educación primaria y secundaria, el problema venía cuando se necesitaba un certificado de estudios, expedido por la autoridad educativa en cualquier entidad federativa y que de acuerdo a la Norma Nacional de Control Escolar, establecía un examen general de conocimientos, en donde se programaba el examen y se valoraba el nivel de conocimientos y se le situaba al alumno en un grado escolar de primero a sexto de primaria y de primero a tercero en el caso de secundaria, esto por años se realizó en un numero muy aislado de alumnos.

También el surgimiento de la preparatoria en línea, fue una opción novedosa para los alumnos, quienes aprendían a través del internet, y presentaban trabajos y tareas que eran enviados a un correo electrónico para que un maestro los evaluara y asignara calificaciones y al término de los módulos se le expidiera un certificado de estudios; esta modalidad si estaba oficializada a nivel nacional por la Secretaría de Educación Pública. Después surgió la opción de estudiar en línea una licenciatura y la SEP ofrecía un catálogo muy amplio para que las personas tuvieran oportunidades reales de concluir su educación.

Sin embargo ambos proyectos no fueron exitosos, la baja matrícula derivada de la falta de interés por cursar esta modalidad, trajo como resultado la suspensión de estos proyectos, aunque después se retomaron, y cada cambio de sexenio traía siempre la incertidumbre si los alumnos que estaban estudiando en dicha modalidad continuarían a distancia.

Las universidades privadas encontraron en estas modalidades formas exitosas de obtener que los aspirantes a estudiar bachillerato o una licenciatura la concluyeran, incluso el postgrado en línea fue la opción ideal para quienes necesitaban curricularmente cursar una maestría y si era su interés llegar al grado máximo de estudios, obtener el doctorado.

En los casos de las zonas rurales la Telesecundaria y la  Educación Media Superior a Distancia mejor conocida como Telebachilleratos, fueron las opciones que lograron que niños, adolescentes y jóvenes concluyeran lo que se consideraba educación básica y la media superior. Los planteles estaban ubicados en algunos poblados en donde aglutinaban alumnos de zonas cercanas, de ahí el cúmulo de anécdotas de estudiantes que se iban caminando o esperaban que alguna persona con vehículo los trasladara a un punto más cercano para poder llegar a la escuela. El término educación a distancia, era también parte de la educación rural e indígena.

Y es en pleno 2020, cuando los alumnos se caracterizan por tener acceso a internet, manejo de dispositivos electrónicos tales como teléfonos celulares, tabletas, computadoras, en donde de manera emergente el término “educación a distancia” como parte de las acciones de la pandemia (Covid-19) que impulsó la Secretaría de Educación Pública para que en todas las entidades ningún alumno se quedara sin estudiar y lograra obtener los conocimientos necesarios para pasar al grado siguiente, aquí existían algunos problemas, el primero y más importante, los padres de familia no estaban acostumbrados a tener a sus hijos tanto tiempo en casa, más agudo el problema para quienes debían ir a trabajar y dejar encargados a sus hijos con algún familiar, las madres solteras que se partían en pedazos, todos ellos acostumbrados a dejar a sus hijos en las escuelas, diariamente de lunes a viernes con horarios de 7:00 a 13:15 horas en la secundaria, de 8:00 a 14:00 horas en la primaria y en otros casos si no era de tiempo completo la salida era a las 12:30 y los de preescolar de 9:00 a 12:00, y en horarios vespertinos, secundaria iniciaba a las 13:30 para culminar 19:40, las primaria de 14:00 al 18:30 horas y preescolar de 14:30 a 17:30, en todos estos horarios los padres de familia estaban habituados a que sus hijos estuvieran estudiando mientras ellos se encontraban en el trabajo, y en el caso de las amas de casa, les permitía realizar sus actividades. Lo peor vino cuando se requerían de realizar algunas acciones en donde los padres debían orientar a los hijos y se complicaba por razones diversas.

Ahí fue donde entró el excelente trabajo de los maestros, unos a través de internet vía plataforma Google Classroom, y en el caso de alumnos que no podían acceder los utilizando el WhatsApp

les dieron opciones para que ningún alumno fuera excluido de la evaluación, las experiencias se cuentan por miles, y en el caso de zonas rurales e indígenas, ahí estaban los maestros pegando una cartulina o dejando hojas impresas para que fueran repartidas a todos los alumnos y pudieran trabajar, aprender y recibir una calificación. Debo aclarar que el tema de la pandemia trajo más horas de trabajo a los maestros, tanto para preparar los materiales como para evaluar a los alumnos y ahí estuvieron al pendiente para que este ciclo siguiera avanzando.

Mi reconocimiento a los maestros, esos héroes anónimos que ante las circunstancias adversas de la pandemia, cerraron filas y lograron concluir con éxito el trabajo de este ciclo escolar que en unas semanas va a concluir.