Por: André Marín
Anoche jugaron la ida de las semifinales y todo habrá de definirse el sábado en el campo de Rayados. El América está otra vez en semifinales, otra vez a punto de ser finalista, otra vez puede levantar el trofeo de campeón. Van por el 13.
Miguel Herrera tiene mucho que ver en el éxito del actual plantel, al igual queAntonio Mohamed.
Eligieron futbolistas que rindieron desde el primer día y que le han entregado a la institución títulos y gloria.
Nadie podrá negar que vivimos una de las épocas más gloriosas del club América ahora que está jugando su centenario. Y Ricardo Peláez está al frente de este proyecto, que cuando llegó pasaba por horas bajas y logró levantarlo hasta lo más alto.
Con todos sus entrenadores gana algo y ahora lo puede volver a hacer.
Pero, ¿qué les dan para estar tan motivados?
¿Cuánto ganan por matarse en la cancha?
¿De dónde sale la mística de equipo grande?
¿Qué tipo de premios obtienen por mantener un nivel tan alto?
Todas esas preguntas debería responderlas el presidente deportivo o el entrenador del club.
Es cierto también que han contado con un gran presupuesto y que no arriesgan porque van sobre producto comprobado. A Santos y Tijuana les compraron a sus mejores futbolistas a precios altísimos, pero éstos han respondido y ambas instituciones ahora tendrán mucho dinero, pero dejaron de estar en los lugares importantes del futbol mexicano. Unas por otras.
El americanismo de hoy dejó de ser de paladar exigente. Ya no le importa la forma, sólo el resultado, sólo ganar como sea y a costa de lo que sea.
Desde los 80 todo el día se habla de ellos. En todas partes y a todas horas.
Desde el club reaccionan con títulos y últimamente ganan siempre los partidos importantes.
Son ganadores, les encanta la presión y los retos.
Todo les sale, todo le sale a Ricardo Peláez, a quien ya tenemos que nombrar como uno de los directivos más importantes en la historia del club, que no es cosa menor.
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