JIPS, Lo que no Sale en la Prensa 

0

La Panga 

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz 

Por primera vez en la historia de Colima llega a gobernador un candidato de coalición que no era al cien por ciento apoyado por su partido de origen. Desde que inició el proceso interno del PRI todo siempre estuvo en contra de José Ignacio Peralta Sánchez. A algunos no les gustaba su forma de ver la política en donde las personas que ocuparan los cargos no fueran el resultado de sostener a los mismos de siempre en las principales oficinas del gobierno.
Desde mi punto de vista, muy pocos han comprendido la transformación del estado de Colima a través de gobernar con encargados de las dependencias que más que simpatías políticas, sean eficientes, honrados y más importante aún, dispuestos a servir al pueblo. Pocas veces se dará cuenta la opinión pública acerca de la rigidez del gobernador para quien no trata bien a un ciudadano. Sus giras de trabajo no son de lucimiento personal, como anteriormente los ex gobernadores lo hacían, la gente ha sentido tan cercano al gobernador que se atreve a aproximarse para manifestarle sus quejas o también para agradecerle la solución a uno de sus grandes problemas, pero eso no lo dicen los medios, no afirman que en una gira de trabajo el mandatario atiende sin cita a cuanto ciudadano se le acerca en su recorrido, ya no son los tiempos en que acercarse a la autoridad del estado era impensable, ahora, se cuentan por miles los que pueden decir, he sido atendido personalmente por José Ignacio Peralta, y mejor aún, llegan a las diferentes dependencias con una seguridad, diciendo, “en la audiencia pública (…) o en el recorrido en tal municipio (…) le traté este tema al gobernador y me envía con usted”.
En otras ocasiones se reciben correos interdependencias en donde se solicita a los funcionarios de las diferentes áreas y de los distintos niveles atender al ciudadano y a buscar en todo lo posible y más, solucionarle su problema. Se acabaron los tiempos de las tarjetas de presentación con una firma estampada atrás, pues en todas y cada una de las oficinas que dirige José Ignacio Peralta Sánchez hay una máxima: El ciudadano es primero y se debe atender con calidad y calidez.
Cuando el asunto requiere ser atendido de manera urgente se reciben las llamadas telefónicas a los directores o coordinadores de las diferentes dependencias en donde se indica el asunto, el nombre de la persona, con la leyenda “atender de inmediato”. En lo que va de este gobierno, en la oficina que dirijo, y en la que dirige mi jefe, el maestro Oscar Javier Hernández Rosas, secretario de Educación, tenemos la instrucción de atender a todos y cada uno de los ciudadanos o usuarios que acudan a nuestras unidades administrativas, se le da seguimiento a cada uno de los casos y se busca solucionarlos o buscar alternativas que lleven al ciudadano a sentirte satisfecho por el trato, pero también por la respuesta que se le da a su petición o a su problema. Pero el trabajo no termina ahí, se debe rendir un informe de actividades y al mismo tiempo, registrar en una bitácora interna cada caso que se deriva de las peticiones que se le hacen al gobernador; pero eso tampoco sale en los medios de comunicación.
Los secretarios de cada una de las dependencias del gobierno exigen a su personal dar seguimiento no solamente a los casos que el gobernador nos envía, además las puertas están abiertas para todos los ciudadanos que tienen alguna gestión o algún problema, sin distinción alguna de credo, ideología política o condición económica. Es una instrucción clara y precisa del mandatario estatal de atender a todos por igual, respetando sus derechos y ofrecerles un trato digno y estar al pendiente del seguimiento de su trámite o petición, pero esto tampoco sale en los medios de comunicación.
A José Ignacio Peralta Sánchez le tocó gobernar un estado que estaba brincando a un proceso de transición democrática y sin proponérselo logró el triunfo con la suma de voluntades de una coalición, pero además, le tocó ganar dos elecciones con el gobernador antecesor en contra y todas las corrientes que veían en peligro sus intereses fueron sus principales oponentes para que lograra el triunfo electoral. Pero no contaron todos ellos con un elemento clave, el ciudadano, que a estas fechas ya tiene una conciencia democrática y lo mejor aún, sabe distinguir entre una adulación y una propuesta, entre un drama y una acción que beneficie a todos y por mucho, en una transformación que ha costado, claro que sí, no es fácil gobernar con fuego amigo y mucho menos con las mafias del poder en contra, que éstos si están interesados en que en los medios se difundan las malas noticias, como lo es el tema de la inseguridad que no solamente afecta a Colima, sino a toda la República Mexicana y basta ver los titulares informativos para darnos cuenta que en cualquier entidad se viven los mismos problemas que en Colima, la diferencia es que allá en otras entidades hay quienes se pusieron de acuerdo o hay mafias políticas que siguen controlando a los estados y resulta muy caro para un mandatario como Ignacio Peralta el saber decir no y el apostarle a la transformación de Colima en donde el funcionario o el candidato sea tan ciudadano como usted o como yo.