“Jesús nunca nos invitaría a ser sicarios”, afirma el Papa a los jóvenes

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El Financiero

Michoacán.- Ante más de 45 mil jóvenes que asistieron a su llamado en Morelia, Michoacán, el papa Francisco afirmó que “Jesús nunca nos invitaría a ser sicarios, sino que nos llama discípulos”. Además, dijo que es “mentira que la única forma de poder ser joven es dejando la vida en manos del narcotráfico”.

Durante su quinto día de gira por México y reunidos en el estadio José María Morelos, Su Santidad les pidió no perder la esperanza y nunca permitir que los desvaloricen, que los hagan sentir de segunda, que no valen nada, pues ellos representan la riqueza de México y de la Iglesia.

Tras escuchar el testimonio de varios jóvenes del país, les dijo que la principal amenaza a la esperanza es hacerles creer que “empiezas a ser valioso cuando te disfrazas de ropas, de marcas, del último grito de la moda, o cuando te vuelves importante por tener dinero pero, en el fondo, tu corazón no cree que seas digno de cariño, digno de amor.

Riqueza, esperanza y dignidad son los tres principios con los que les recomendó manejarse por la vida, siempre procurando no dejarse tratar como mercancía o ser “mercenarios de ambiciones ajenas”. “sean astutos como serpientes, pero humildes como palomas”, dijo.

Los exhortó a nunca dejar de soñar y arriesgarse a cumplir sus sueños, pues aunque puedan tropezar, su fortaleza estará en saber levantarse y en abrazarse a la cruz de Jesucristo.

“El triunfo no está en no caer, sino en no permanecer caído. Si ven a un amigo que se pegó un resbalón, ofrecerle la mano con dignidad. No le digan: te traigo la receta, dénle “escuchoterapia”. Dejarlo hablar, dejarlo que te cuente. Si vas de golpe y le empiezas a predicar y a darle y a darle, pues pobrecito lo vas a dejar peor de lo que estaba”.

“Cuando todo parezca pesado, cuando parezca que se nos viene el mundo arriba, abracen su cruz, abrácenlo a él, y, por favor nunca se suelten de su mano, por favor nunca se aparten de él”, subrayó el Santo Padre.

“Les agradezco este encuentro y les pido que recen por mí”. Con esta frase Jorge Bergoglio terminó su visita en Michoacán.