*Alumnos y personal docente de la institución manifiestan: “vale la pena donar”.
COLIMANOTICIAS
Colima.- Estudiantes y personal docente del Instituto Tecnológico de Colima manifestaron su satisfacción por pensar que al donar su sangre pueden salvar hasta cuatro vidas por lo que invitaron a la sociedad a convertirse en donadores voluntarios porque “todos en un momento dado la podemos necesitar y siempre hay alguien que la necesite, por lo vale la pena donar” coincidieron.
Luego de hacer su aportación en la pasada Jornada Nacional de Donación de Sangre que se llevó a cabo en las instalaciones del Tecnológico de Colima, por parte de la Secretaría de Salud y Bienestar Social del Gobierno del Estado y la organización Embajada Mundial de Activistas por la Paz, los estudiantes Eduardo Ramírez, Daniel Andrade, Rubén Rivera, Gisel Benavides y Cinthya Alejandra López señalaron que al ser la primera vez que donaban sangre, descubrieron que se sienten satisfechos porque sus acciones fueron en beneficio de alguien más, de ahí que manifestaron su disposición para volver a donar.
La maestra Angélica Silva Medina, dijo sentirse satisfecha al saber que la unidad de sangre que donó puede salvar hasta cuatro vidas, sobre todo, sabiendo que la llegara a ocupar un familiar o ella misma.
Por su parte, el estudiante Eduardo Ramírez opinó que todos en algún momento de la vida, podemos necesitar una donación, ya sea debido a un accidente o problema de salud de un familiar; mientras Daniel Andrade, quien también expresó que es muy bueno saber que con la donación se pueden salvar vidas, dijo estar impresionado que el Tecnológico de Colima participe en estas jornadas de donación de sangre y que es una buena idea incluir a los jóvenes.
Rubén Rivera comentó que donar sangre fue una agradable experiencia porque recordó que cuando un familiar la necesitó en su momento, contó con ella. “Es muy bueno tener a disposición la sangre”, añadió.
Por su parte, Gisel Benavides Márquez y Cinthya Alejandra López consideraron de la misma manera que esta fue una agradable experiencia, sobre todo, sabiendo que van a poder salvar vidas y ayudar a los niños con cáncer, por lo que, agregaron, es una satisfacción que con la donación vamos a poder ayudar a otras personas.
Al igual que sus demás compañeros, comentaron que al donar no se siente nada, no duele, “sólo el piquetito y después hay que esperar que fluya la sangre”.
Tanto los estudiantes como la docente invitaron a la sociedad a donar sangre porque además de sentirse satisfechos por saber que con su donación van a salvar vidas, no se sabe si la pueda necesitar un familiar o un amigo.