Inteligencia artificial en el derecho: desafíos para litigantes y juzgadores

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Por: Ángel Durán Pérez*

La inteligencia artificial ha venido a cambiar el comportamiento y la forma en que los seres humanos actuarán en el futuro, especialmente en relación con nuestras actividades cotidianas.

Actualmente, basta con darle una idea a la inteligencia artificial para que nos presente contenido en respuesta a nuestras preguntas. Eso sí, estas preguntas deben estar bien formuladas, brindando un contexto adecuado.

La inteligencia artificial se nutre de la vasta información presente en la red, un gran depósito de datos que las personas han ido alimentando en su travesía digital.

En el presente, la inteligencia artificial ya facilita muchas tareas. Con solo conocer su funcionamiento, puede ayudarnos a redactar textos, crear imágenes, llevar a cabo distintas actividades y, en consecuencia, aumentar nuestra productividad.

Sin embargo, en el futuro, estas capacidades se perfeccionarán. La inteligencia artificial podrá generar contenidos en minutos, y cada usuario tendrá la opción de personalizarlos según sus preferencias.

En el ámbito de la justicia, también veremos transformaciones sustanciales. Aunque el sistema judicial en México ha enfrentado diversos desafíos, ya observamos cómo la tecnología y la inteligencia artificial comienzan a hacerse presentes, especialmente en los juzgados federales.

Estas herramientas permitirán agilizar procesos, reducir errores y potenciar la precisión de las decisiones judiciales. En pocos meses, será común ver tribunales virtuales y procedimientos altamente tecnificados.

La rapidez con la que avanza la inteligencia artificial es sorprendente. Lo que hoy es vanguardia, en unos meses podría quedar obsoleto. Es fundamental que las instituciones educativas se adapten a esta realidad, preparando a los profesionales no solo a nivel nacional, sino también internacional.

La inteligencia artificial no será un enemigo de la humanidad, sino una herramienta que facilitará tareas y mejorará sistemas. En el ámbito jurídico, en particular, contribuirá a eliminar problemas como la corrupción y la impunidad, y orientará la corrección de otros sistemas del Estado.

Es esencial que estemos conscientes de estos cambios y trabajemos en adaptarnos, para no quedarnos atrás en esta revolución tecnológica.

Con la irrupción y evolución acelerada de la inteligencia artificial en el ámbito jurídico, tanto la comunidad litigante como los juzgadores enfrentan múltiples retos; entre ellos:

Capacitación Continua: La inteligencia artificial avanza a un ritmo vertiginoso. Para no quedarse atrás, litigantes y juzgadores deben comprometerse con una formación constante en tecnología y sus aplicaciones en el derecho.

Adaptación de Procesos: Los procedimientos judiciales tradicionales deberán adaptarse a entornos virtuales y tecnológicos. Esto implica una transformación en cómo se presentan pruebas, se llevan audiencias y se emiten resoluciones.

Personalización y Ética: La inteligencia artificial ofrecerá herramientas personalizadas según las necesidades y preferencias del usuario. Sin embargo, es fundamental que litigantes y juzgadores utilicen estas herramientas de manera ética, evitando sesgos y garantizando la justicia.

Acceso y Seguridad de la Información: Con la digitalización de procesos, la gestión y protección de datos se vuelve esencial. Se debe garantizar que la información sensible esté resguardada y, al mismo tiempo, accesible para quienes la necesiten.

Interacción Humano-Máquina: La relación entre el profesional del derecho y las herramientas basadas en inteligencia artificial debe ser simbiótica. Es decir, es crucial entender cuándo confiar en las recomendaciones de la máquina y cuándo es necesario el juicio humano.

Rol del Juzgador: Con sistemas capaces de analizar grandes volúmenes de información y proponer resoluciones, el papel del juzgador podría cambiar. Se espera que actúen como supervisores del correcto funcionamiento de estas herramientas y garanticen que las decisiones tomadas sean justas y equitativas.

Litigantes y juzgadores deben estar preparados para estos debates. Con una adaptación adecuada, estas herramientas tienen el potencial de transformar el sistema de justicia de manera positiva, haciéndolo más eficiente y justo. La comunidad litigante y juzgadora debe trabajar de la mano con la tecnología, garantizando que su implementación beneficie a toda la sociedad.

 

Asesor Jurídico de Víctimas (ASVI)*

Contacto: [email protected]

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