Hernán nos viene a recordar ¡Qué vulnerables somos!

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La Panga  

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz 

Una vez más la naturaleza nos demuestra lo vulnerables que somos, y hace un par de días lo vivimos en el estado de Colima, donde pareciera que debemos ser igualmente de temerosos a las tormentas tropicales y a la furia de los huracanes; nuevamente Manzanillo vuelve a ser el centro de atención en los medios de comunicación, que daban versiones de cómo la Tormenta Tropical “Hernán” durante 23 horas de lluvia azotara e inundara esta ciudad y puerto.  

El Heraldo de  México contextualizaba lo siguiente: “Cerca de 100 personas desalojadas, el puerto de Manzanillo incomunicado por el cierre de la autopista y la libre a Colima así como la carretera a Cihuatlán, daños materiales, afectaciones en vialidades, viviendas inundadas, vehículos afectados y árboles caídos, es el saldo que han dejado las lluvias ocasionadas por el paso de la Tormenta Tropical “Hernán” por la entidad, mismas que no han cesado. 

El director de la Unidad Estatal de Protección Civil, Ricardo Ursúa Moctezuma indicó que recibieron a 33 personas: 10 mujeres, 14 hombres y 9 menores de edad, en el refugio temporal que abrió operaciones en el Conalep de Manzanillo, y evacuaron a 66 personas que se encontraban en riesgo en la comunidad de Cofradía de Morelos, Armería, a quienes reubicaron con familiares”. 

Periódico Excelsior informó “En Colima dejó varios daños en la zona costera de Colima y en la infraestructura carretera de la entidad. 
La tormenta tropical Hernán alcanzó 170 kilómetros del puerto de Manzanillo, y sus bandas nubosas siguen cubriendo a todo el estado de Colima.  Esta situación ha provocado un incremento en el oleaje de hasta cuatro metros de altura en los municipios costeros de Manzanillo, Tecomán y Armería. En Manzanillo, la caída de una barda causó lesión en dos personas, sin que las mismas fueran de gravedad”. 

Pero quienes radicamos en Manzanillo supimos que este fenómeno meteorológico sería tan agresivo, como lo fue la Tormenta Tropical Manuel que el domingo 15 de septiembre de 2015 tocara tierra en Manzanillo y dejara daños severos tras su paso. El comportamiento de Hernán era parecido al de Manuel y la incesante lluvia generó que la ciudadanía se resguardara en sus domicilios, ya no como parte de las medidas para prevenir Covid-19, sino como parte de la cultura de la Protección Civil que de cinco años a la fecha ha mantenido constante el gobierno del estado a través de Protección Civil. 

En Manzanillo y en los municipios costeros, aprendimos cómo actuar en caso de que un fenómeno meteorológico amenace con tocar tierra, ya nos pasó en octubre de 2011 con la llegada de Jova y su azote a Manzanillo, aparte del remanente de lluvia que dejó a su paso generando caos e inundaciones. Antes de Jova se minimizaba el tema de un ciclón tropical, incluso existía el humor urbano que decía “que a Manzanillo no llegaban los huracanes, se desviabas o degradaban”. A partir de esa fecha la forma de ver el comportamiento fue cambiando, ya en Patricia, lo que nos salvó a la población fue la prevención de permanecer resguardados en sitios seguros, y fue un milagro que este coloso no tocara tierra ni en Manzanillo, ni en Puerto Vallarta, gracias a que la zona montañosa entre la costera de los puntos referidos pudo debilitar su furia y fue la zona en Punta Pérula la que recibió el verdadero azote de este temible huracán. 
Jeff Masters, director de meteorología en el servicio privado Weather Underground, que provee información climática en tiempo real, dijo que “Los vientos de categoría 5 de Patricia estuvieron confinados en una franja relativamente angosta… que no abarcó las grandes ciudades, — El veloz desplazamiento del huracán. La tormenta se movía lo suficientemente rápido cuando tocó tierra —a unos 35 kph (20 mph)_, por lo que los aguaceros no se concentraron en un determinado lugar como para causar las devastadoras inundaciones que hemos visto en anteriores huracanes en México”, señaló Masters. Eso explica por qué no devastó ciudades, de acuerdo a su magnitud. 

Y regresando a la Tormenta Tropical Hernán, es importante destacar que una de las acciones que más se le reconoce al gobernador José Ignacio Peralta Sánchez, es emplear los mecanismos de prevención para la salud y la seguridad de los habitantes ante el azote de fenómenos meteorológicos, quien a través de la Unidad Estatal de Protección Civil muchos meses antes se organizó el trabajo para que estuvieran listos los espacios que funcionarían como refugios temporales, reforzando medidas de prevención en la población que a pesar del mal tiempo, nos permitió actuar a tiempo. 
 Cierro con una reflexión de Peralta Sánchez que compartió en su cuenta de Facebook en redes sociales: “La cantidad de agua que cayó por la Tormenta Tropical “Hernan” superó en el registro de la estación Manzanillo a fenómenos como “Jova”, “Manuel”, “Narda” y “Lorena”. 

Por eso, los daños originados. Afortunadamente, la cultura de la prevención evitó la pérdida de vidas. ¡Saldremos adelante! 

Evitar pérdidas de vidas humanas gracias a la activación de protocolos de Protección Civil es un acierto, los daños materiales, poco a poco se van solventando, se sabe de antemano los riesgos de vivir en zonas costeras. Por eso amable lector, lectora, insisto que debemos seguir reforzando la cultura de la prevención al interior de nuestras familias, porque es ahí donde está la diferencia de superar tormentas o quedar atrapados entre sus estragos y la furia con la que azotan a una región.