¿Habrá resistencia frente a la dictadura que viene?

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VENTANA POLÍTICA

Por: Guillermo Montelón Nava

Mientras las advertencias y presiones desde el exterior aumentan y también crecen las protestas de los trabajadores del poder judicial, ahora con el respaldo de miles de estudiantes de escuelas y facultades de derecho de diversas universidades, al tiempo que el Frente Cívico Nacional convoca a un gran paro nacional para el 4 de septiembre próximo, la 4t sigue con su plan C y ya se da por hecho la reforma (desaparición) del poder judicial, luego de que un INE y un Tribunal Electoral les concedieron la mayoría calificada en la Cámara de diputados y que dos senadores postulados por el PRD con el respaldo de la alianza opositora ya se vendieron y cínicamente anuncian que se suman a Morena.

Y pese a que el peso se sigue devaluando como resultado de la incertidumbre que generan las posturas del oficialismo en contra del poder judicial, de la democracia y de los órganos autónomos, tanto Obrador como Claudia dicen que la reforma al poder judicial seguirá adelante ignorando críticas y señalamientos, así como las advertencias sobre los riesgos que ello implica para los derechos humanos, las libertades, la estabilidad económica y la buena marcha de los acuerdos comerciales que se tienen con otros países. De hecho están sabidos que las repercusiones negativas serán muchas, pero puede más su egolatría, su arrogancia y su autoritarismo enmascarado en el “poder” que supuestamente les otorgó el pueblo con su voto.

La esperanza de que la reforma al poder judicial no pase, radica en un solo senador, pues morena está a un voto de tener mayoría calificada en el senado, pero conociendo a los políticos mexicanos y especialmente a varios de los que están en la oposición, no podemos asegurar que se mantengan firmes y leales, menos si les ofrecen cañonazos de dinero, los chantajean o amenazan. Comprar conciencias no le será difícil a la 4T y con ello estarán garantizando el golpe de estado técnico contra el poder judicial y así establecer el nuevo régimen autócrata que poco a poco llegará a instaurar la dictadura que han venido preparando desde hace más de tres años al eliminar la división de poderes y los contrapesos.

Con la desaparición del poder judicial, además de beneficiar a sus narco cómplices, eliminan toda posibilidad de protección al ciudadano frente a los abusos de poder. Por ello ya está hecha la militarización del país, ya se tiene la detención y prisión preventiva oficiosa, tendrán jueces a modo para encarcelar a opositores y la represión no tardará en ser una práctica cotidiana.

Las consecuencias de este golpe de estado técnico, de la manipulación de las masas, del caos económico financiero que vendrá con la salida de empresas, la fuga de capitales y oros efectos de este mal gobierno, muy pronto las comenzaremos a padecer, de hecho creo que antes de un año veremos el resultado de que hayan mandado al diablo a las instituciones y de que no tengamos una oposición bien estructurada, con estrategias y posturas firmes. Y lo más grave vendrá porque somos una sociedad adormecida, temerosa, manipulada y sin capacidad para ver lo que nos espera. Víctimas de nuestra mediocridad, conformismo y apatía frente a los grandes temas de interés nacional, hoy ya nos acostumbramos al clima de violencia, a vivir en la inseguridad, a tener un pésimo sistema de salud, sin medicamentos, sin buena atención, pero también por esas actitudes nadie protesta frente a un sistema educativo de cuarta, con libros que buscan el adoctrinamiento y donde poco a poco se busca eliminar el sentido de responsabilidad, las aspiraciones a tener una vida mejor, a la formación emprendedora de niños y jóvenes, solo por mencionar algunas de las deficiencias.

Por el contrario, cada vez más hay más mexicanos que aceptan la mentira y el engaño como algo natural y a fuerza de machacarles una narrativa engañosa cada vez son más los individuos sumisos, fanáticos y convertidos en defensores del régimen, incapaces de ver que se les roba su dignidad, su individualidad, sus libertades y sus legítimas aspiraciones de progreso y bienestar, total debe bastarles con un par de zapatos, una beca y las dádivas de siempre.

Aunque el escenario próximo parezca fatalista, la realidad nos alcanzará muy pronto. Por ahora el peso sigue perdiendo valor, la inflación sigue subiendo, las inversiones extranjeras bajaron, los temores de las empresas también crecen, el próximo año habrá menos recursos en el presupuesto, producto del déficit financiero y salvo que la resistencia ciudadano tome forma con estructura, estrategia y con acciones bien definidas, los problemas que hoy nos aquejan seguirán escalando a límites insospechados. Sin embargo y a pesar de todo, no debemos perder la fe ni la esperanza. Las condiciones para recuperar lo perdido no serán fáciles, pero cuando toquemos fondo, seguro podremos resurgir.

*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.