Juan Carlos Flores|COLIMANOTICIAS
Colima, Col.- La explotación de un nuevo yacimiento de hierro por parte de Peña Colorada en Minatitlán, en donde pretende talar más de 62 mil árboles y afectar a diversas especies animales, provocará consecuencias incalculables.
Así lo dio a conocer Jacobo Reyes Velasco, investigador biólogo especialista, doctorado por la Universidad de Texas y actualmente estudiante del posdoctorado por la New York University.
En entrevista desde la ciudad de Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos, recordó que en el 2008, junto con un grupo de científicos, encontraron en la Sierra de Perote, Colima una víbora de cascabel que no se había visto desde hace 40 años.
Además, señaló que la zona – comprendida por la Sierra de Manantlán y Perote en los estados de Colima y Jalisco- alberga muchas especies animales y de plantas endémicas.
El área está protegida desde hace décadas pues se han encontrado pumas, jaguares y la especie de maíz denominada perenne.
Reyes Velasco aseveró que hay interés de diversos grupos de conservación y asociaciones internacionales como la National Geographic en documentar los hallazgos científicos pero el cambio de uso de suelo han provocado la fragmentación del hábitat y en consecuencia, la pérdida de biodiversidad.
“Estos proyectos (mineros) no toman en cuenta los riesgos que vienen, además de que les venden a los pobladores la idea de que va a traer dinero y empleos, pero no es el caso y los riesgos no son tomados en cuenta”, señaló.
Sin el flujo genético, continuó, habrá cambios en el ambiente y no habrá conectividad entre las especies y las diferentes zonas “Ocurre en todo el mundo como con el jaguar o el quetzal en Guatemala”.
Otro problema será el depósito de desechos, agregó el experto, pues es un impacto negativo adicional.
Los programas a corto plazo para la mitigación de daños son insuficientes ya que las especies reubicadas son medianas y el esfuerzo que hacen los científicos es insuficiente para la reubicación total.
Además, se han publicado estudios en donde afirman que las especies reubicadas no sobreviven en otras zonas “porque tienen necesidades únicas, dependen de la interacción del lugar, de sus madrigueras y por otra parte, en las plantas también es difícil (que sobrevivan)”.
Ejemplificó que plantar encinos, una de las técnicas que utilizan, no es suficiente porque no consideran otras especies como orquídeas o arbustos y en el caso de insectos, continuó, es más complicado.
Muchas veces, por el nivel de corrupción que existe en el país, científicos que trabajan en los programas de mitigación o de investigación de impacto ambiental son presionados por las mismas empresas que los contratan para omitir ciertas especies protegidas porque saben que ocasionarán obstáculos para obtener permisos.
La esperanza, subrayó, radica en la población civil para detener estos proyectos mineros y que la presión de la opinión pública influya en las autoridades para dificultar el proceso de los permisos y que se tomen en cuenta todos los riesgos.