GRISELDA, EL PERIODISMO Y SUS PESADILLAS/ESTE DÍA, CLARO QUE SÍ MANDO POSTDATAS

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Punto (.) Rojo

Por: J. Baldomero Díaz Gaytán

La decisión que tomaron la presidenta municipal Griselda Martínez y la totalidad de los regidores del Ayuntamiento de Manzanillo, al derogar el Premio de Periodismo “Dr. Rolando Cordera Campos”, encierra, en el fondo, una realidad no analizada en los actuales tiempos políticos que se viven en el puerto colimense: Ni Griselda, ni los Morenos ni los opositores al actual régimen ni los independientes saben qué hacer con la prensa y con los periodistas. No los quieren como aliados, no se los imaginan como enemigos y, en el fondo, saben que en las circunstancias actuales, las noticias son incontrolables gracias al surgimiento de las redes sociales.

En síntesis, estamos ante una realidad de doble banda, una moneda de doble cara: El periodismo ya no le es útil al poder y en contraparte, el poder ya no beneficia al periodismo convencional. Las noticias y las críticas, insistimos, ya no pueden ser encriptadas y en contraparte, el periodismo que se mantiene como aliado del poder deja de ser útil a los intereses de la sociedad. En consecuencia, la ruptura, la muerte de las relaciones comerciales o de intereses entre los políticos y los periodistas es inminente. Al político ya no le sirven los periodistas aliados y al periodista tampoco le sirven los políticos protegidos.

Analicé los firewalls en donde se pueden medir los números de cuáles fueron las noticias más trascendentes del último año en Colima: El nacimiento de un bebé durante un parto que fue atendido por una enfermera en las curvas de La Salada en la autopista Colima-Manzanillo fue visto por más de 30 millones de personas. El brutal y artero asesinato del niño Germán hace un par de semanas en una tienda de conveniencia en el puerto de Manzanillo, fue observado por más de 25 millones de internautas. Y las tomas de la caseta de Cuyutlán por parte de activistas ciudadanos, fue otra noticia que reprodujeron más de 20 millones de personas en el país. Las tres referencias fueron Trending Topic en audiencia y dos de estas noticias no fueron proyectadas en la red por fuentes periodísticas convencionales.

Morena y la presidenta municipal de Manzanillo no saben qué hacer con los medios de comunicación, esa es una verdad de a kilo. Pero tampoco el poder estatal está entendiendo las nuevas circunstancias de la prensa. Hoy, en este tiempo, la noticia dejó de ser propiedad de los medios y los medios dejaron de ser dueños de la verdad informativa.

La nueva prensa, la del nuevo tiempo, está representada por ese ejército de ciudadanos que todos los días salen a las calles con su Smartphone que contiene cámara fotográfica, videocámara y grabadora. Es el tiempo de un nuevo periodismo, y los ciudadanos ya entendieron que las presas de caza son los integrantes de la familia política.

En conclusión, no es extraño lo que sucedió en Manzanillo el viernes pasado, cuando los integrantes del Cabildo, por unanimidad, aplaudieron rabiosamente la propuesta de desaparecer la presea al Periodista del Año. El mensaje está sobre la mesa, el periodismo quizás estorba en los nuevos tiempos, en los de la Cuarta Transformación. Visto desde la cara opuesta de la moneda, sólo reflejan que el periodismo es una pesadilla que los puede desnudar en el momento y en el día menos pensado.

El primero de julio del 2018 el ciudadano votó por una nueva clase política, por nuevas formas de ejercer el poder y desde luego, también, votó por el ejercicio de un nuevo periodismo. Hay que adaptarnos a los nuevos tiempos, hay que mutar, hay que reinventarse, hay que evolucionar, hay que crecer. Recordemos el eje de la teoría de Charles Darwin, “las especies que sobreviven no son las más altas ni las más fuertes, sobreviven las que tienen la capacidad de adaptarse a las circunstancias”.

En conclusión, el periodismo y los periodistas tenemos la obligación de adaptarnos y definir entre dos caminos: O eres aliado de quienes ejercen el poder o eres aliado de la verdad de los ciudadanos. Por ello, que cada quien empiece a escribir su propia historia.

MIS POSTDATAS DE ESTE DÍA

P. D. 1.- Gabriel Macías Becerril es un operador político de alto nivel, aliado del presidente municipal de Colima, Leoncio Morán Sánchez. Saludé al conocido constructor en el puerto y me queda claro que viene a hacer trabajo político. Locho, sin duda, se juega el todo por el todo en el puerto. 

P. D. 2.- Muchos de los que fueron parte del equipo del ex gobernador Gustavo Vázquez se están integrando al proyecto de Felipe Cruz, alcalde de Villa de Álvarez. La explicación es simple: “Chinto” Grajeda, quien fuera secretario particular de Gustavo, es ahora el hombre de confianza del edil Cruz Calvario. A los buenos entendedores, pocas palabras.

Y ni una línea más.