Cada mentira que contamos
es una deuda con la verdad,
tarde o temprano hay que pagarla.
Por: Manuel Olvera Sánchez
Al voltear a ver al crédito como una opción con la finalidad de satisfacer una necesidad ya sea de vivienda, de vehículo, para uso personal, deberá observase la capacidad de liquidez y en su caso las fortalezas y debilidades que derivan al hacer uso de él.
AL solicitar un crédito, estamos asumiendo la responsabilidad con las instituciones crediticias de que se cuenta con la solvencia necesaria para cumplir con dicha obligación lo cual evita en un momento dado comprometer nuestra economía al poner en riesgo nuestras finanzas.
Claro que hacer uso del crédito no es malo, los grandes consorcios empresariales incluso recurren al crédito como una estrategia fiscal, sin embargo, deberán prestar especial atención al cumplimiento de sus obligaciones caso contrario, ponen en riesgo su patrimonio y la generación de empleos.
Sin embargo, debemos lograr diferenciar los créditos personales, de los créditos gubernamentales, cuando nos referimos a los créditos gubernamentales estamos comprometiendo los recursos públicos y peor aún, comprometemos a las generaciones futuras.
Al hablar de finanzas públicas, estamos refiriéndonos a los ingresos con los que contara la hacienda pública y los gastos que se van a ejercer, así como las reglas mediante las cuales se van a llevar a cabo obras y acciones de gobierno en beneficio de la sociedad,
Quienes argumentan que no se debe endeudar a los gobiernos municipales, estatales o federales es en virtud de que desconocen las bondades y generosidades que representan ingresar a las arcas públicas recursos extraordinarios y máxime cuando a través del tiempo las necesidades de la población son cada día mayores.
También debemos tener presente que ante la necesidad de recurrir a un crédito se debe actuar con un alto sentido de responsabilidad y muy en particular cuando se trate de recursos públicos, los gobernantes, y así lo ha registrado la historia, han actuado privilegiando sus intereses personales al obtener beneficios derivados de la contratación de los créditos, evidenciando que lo que menos les interesa es la sociedad.
Recientemente hemos sido testigos de puntos de vista de la clase política con relación a la presunción sobre la posibilidad de una solicitud crediticia por parte del gobernador con la finalidad de atender el tema de salud derivado de la pandemia COVID-19.
Derivado de las especulaciones sobre la contratación del crédito público, se han generado infinidad de argumentos, algunos a favor y otros en contra, sin embargo, quienes abogan por ejercer el empréstito han sido muy obvios sus argumentos y mas por los antecedentes a través de los cuales se han conducido en otros momentos que evidencian el porqué de su proceder.
Indudablemente que los créditos públicos son buenos, quienes piensen lo contrario están equivocados, sin embargo, se debe tener presente que se deben atender ciertos criterios para poder tomar una decisión de esa naturaleza como lo son: las necesidades apremiantes de la sociedad que se atenderán, la capacidad de endeudamiento del nivel de gobierno de que se trate, la tasa de interés que se está cobrando.
También quienes opinan que el Gobierno del Estado no debe contratar otro empréstito no están equivocados, lo anterior ya que el argumento que se ha ventilado es que dichos recursos serán destinados para atender la emergencia de salud por la pandemia COVID-19, y ellos hacen énfasis en que el gobierno de la república ha dotado de múltiple material médico como lo son máscaras protectoras, caretas, guantes de látex, batas quirúrgicas.
Otro de los argumentos de quienes están en desacuerdo en la contratación del crédito es que los programas sociales enfocados a apoyar a la pequeña y mediana empresa ya se están ejerciendo, programas que van enfocados a fortalecer la economía nacional, así como los programas de vivienda, las becas a estudiantes y las pensiones a los adultos mayores.
Si bien es cierto que ante la democracia verdadera que está viviendo nuestro país, hoy en día nos encontramos ante una fiscalización real de los recursos públicos, sin embargo, y es del dominio público, que la falta de coordinación entre los tres niveles de gobierno, así como la complicidad de los actores políticos aun siendo de diferente partido han contribuido a ser menos preventivas y sancionadoras la revisión de las cuentas públicas de las instituciones.
Vale recordar que para efecto de que se concrete la contratación del empréstito deberá contar con la aprobación del poder legislativo, sin embargo, debemos tener presente que el partido Movimiento de Regeneración Nacional cuenta con la mayoría suficiente para que no se lleve a cabo, en ellos recaerá la gran responsabilidad de seguir otorgando cheques en blanco al gobernador, los legisladores están ante el momento histórico de continuar comprometiendo el futuro de las generaciones presentes y venideras, veremos en un corto tiempo de que están hechos nuestros legisladores locales, si son de madera de pacotilla o de roble.
¡MÉXICO, HAZ MEMORIA!
La visión que tenías sobre mí, no la defraudare, eso me fortalece aún más, serás ese impulso para lograrlo.
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