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México.- La mejor forma de prevenir cualquier enfermedad es contar con un sistema inmunológico sano y fuerte, para que cumpla con su misión de proteger a tu cuerpo de las amenazas externas.
Siempre se suelen dar recomendaciones de lo que hay que hacer para tener un sistema inmunológico fuerte, pero además de adquirir los hábitos que lo benefician es necesario dejar aquellos que lo perjudican, como los siguientes que fueron retomados del medio digital HARMONÍA.
Falta de higiene en tus manos
Existen virus y bacterias que pueden pueden permanecer mucho tiempo sobre algunas superficies con las que tus manos y las de otras personas están en contacto.
Por ello, lava tus manos después de ir al baño, cada vez que regreses a casa de la calle, cuando toques superficies de uso común o manipules cosas como llaves, dinero o tu celular. Y si no hay donde lavarte las manos cuando estés fuera de casa, lleva contigo un pequeño frasco de alcohol en gel para desinfectarlas.
Te automedicas y abusas de los antibióticos
Tomar antibióticos cuando no los necesitas puede afectar negativamente tu sistema inmune. Y aunque en México ya no se venden sin receta médica, muchas personas se las ingenian para conseguirlos, lo cual, más que bien, les hace mal.
Cuando los antibióticos destruyen las bacterias nuevas, dañan tus defensas. Las investigaciones han demostrado que los individuos que toman antibióticos para infecciones crónicas se encuentran en un mayor riesgo de enfermar posteriormente.
Por eso, nunca te automediques, sobre todo si se trata de una infección y del uso de antibióticos, consulta a tu médico para que sepas la sustancia y dosis adecuadas para tu caso específico.
Demasiado alcohol
Las bebidas alcohólicas en exceso afectan tu sistema inmunológico al interferir con la producción de glóbulos blancos, los cuales protegen al cuerpo contra invasores y enfermedades infecciosas.
No te alimentas adecuadamente
La alimentación completa, saludable y balanceada es la base de la buena salud y de un sistema inmune fuerte y efectivo. Si tu dieta está basada en comida chatarra, productos procesados, altos en carbohidratos simples, azúcares y grasas no saludables, tu alimentación es deficiente en nutrientes y esto debilita todo tu organismo, tu sistema inmunológico incluido.
Así que procura consumir alimentos naturales y de preferencia cocina tus alimentos, así sabrás que los ingredientes que empleas son de buena calidad y están preparados con higiene. Incluye productos de los diferentes grupos alimenticios y come suficientes verduras y frutas.
No bebes suficiente agua
Es bien sabido que la mayor parte del organismo está conformada por agua y que este líquido es fundamental para la vida y los procesos del cuerpo. Cuando no te hidratas bien, además de que todos tus órganos se verán afectados con el tiempo, tu sistema inmune peligra cuando bajan los niveles de líquido en tu cuerpo.
Esto se debe a que el agua ayuda a que la sangre transporte oxígeno a los glóbulos blancos para mantenerlos funcionando a su nivel máximo y, como ya se dijo, éstos son los encargados de combatir los agentes externos que causan enfermedades e infecciones.
Además, el agua ayuda a que el hígado y los riñones eliminen las toxinas y desperdicios del cuerpo, lo cual es necesario para mantener una buena salud.
No duermes bien
Las personas que no duermen bien (ya sea porque duermen menos de las 7 u 8 horas que se recomiendan o porque la calidad de su descanso es mala) tienen un sistema inmunitario debilitado y una mayor posibilidad de enfermarse.
La falta de sueño puede afectar la velocidad con la cual te recuperarás si te enfermas, pues tu cuerpo necesita del descanso para realizar diversos procesos regenerativos y para combatir eficazmente a los agentes infecciosos.
Por otro lado, la falta crónica de sueño también incrementa tu riesgo de padecer obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares, lo cual te vuelve vulnerable ante otras enfermedades e infecciones.
Lo de siempre: el estrés
El estrés crónico también puede alterar la química del cuerpo, lo cual debilita el sistema inmunitario. Por esta razón es importante que aprendas a manejarlo y no dejes que se vuelva algo crónico que afecte tu calidad de vida.
Para combatir el estrés puedes practicar actividades relajantes como la meditación y los ejercicios de respiración, hacer ejercicio o algún tipo de actividad física, dedicar tiempo a tus pasatiempos favoritos, salir a caminar al aire libre, de preferencia a un parque o un lugar donde estés rodeado de naturaleza, utilizar la aromaterapia, poner música relajante, jugar y apapachar a tus mascotas, el sexo también es de gran ayuda para liberar las tensiones… en fin, elige la actividad que sientas que a ti te hace sentir bien y te ayuda a deshacerte del estrés.
Con información retomada de HARMONÍA