Entre libros y café

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Por: José Luis Cobián León.

“¿Qué pasa cuando se abrazan el amor y la muerte, acaso muere el amor o se enamora la muerte? Tal vez, la muerte moriría enamorada y el amor amaría hasta la muerte”

Bajo la defensa de un aromático café, comentarle que según Eduardo Galeano, vivimos en una sociedad que tiene una tendencia a vivir en la cultura del envase que desprecia el contenido, donde el funeral importa más que el muerto, la cena de navidad más que la familia, el físico más que el intelecto y la unión más que el compromiso, donde la razón se le considera superior a los sentimientos, de estos últimos se dice, si nos dejamos llevar nos hacen vulnerables, el conflicto eterno entre mente y corazón – Apolo y Dionisio.

Friedrich Nietzsche, filósofo, poeta, músico y filólogo alemán y Claudio Benjamín Naranjo, antropólogo, psicólogo y psiquiatra chileno, hablaron de estos dos personajes de la mitología griega para entender un poco más la conducta humana, por un lado, Dionisio, el dios del vino, la plenitud, la abundancia, el instinto y la pasión que fluyen bajo la piel, y Apolo, dios del conocimiento, competitivo, dominante, generalmente considerado duro y violento.

Por lo anterior, podemos decir que tenemos una sociedad afirmada en Apolo, porque basa su propio entendimiento en lo que considera le conviene al país con un desapego humanitario. Alguna vez comentó el presidente Vicente Fox Quesada, algo muy común en los mandatarios, que el país iba bien, que era claro el problema del terrorismo, refiriéndose en ese entonces a los talibanes. Aunque ya desde entonces en el terrorismo somos autosuficientes, pues como decía Germán Dehesa. el mexicano sale a la calle y cuando otro le echa la camioneta, no lo hace por el Islam, lo hace por sus tompiates.

Lo anterior sigue vigente y lo cierto es que desde su sexenio han transcurrido personajes provenientes de un partido distinto al añejo, cuya única diferencia es que marcaron la historia por ganarle al partido tradicional, más no existe el recuerdo de algún beneficio para la mayoría de los mexicanos, donde la gravedad estriba en tener gobiernos de incertidumbre, lo que nos lleva a un panorama desalentador.

Quizás se pueda pensar que como civilización hemos fracasado en crear un mundo afectuoso, pues cada vez la vida es más violenta y menos solidaria, por ello es de vital importancia el autoconocimiento que en parte pertenece a Apolo, y solo a través del autoconocimiento sabremos si estamos desvalorizándonos, ofendiéndonos, humillándonos a nosotros mismos, por otro lado, Dionisio, como dios del vino lo asociamos al descontrol, no obstante ha sido necesario ancestralmente para la experiencia mística, es el morir del ego para disolverse y fundirse con lo divino. Dionisio es el liberador, contrario a la represión.

En conclusión, debemos llevar una vida contemplativa hacia el equilibrio, pero cómo lograrlo, si nuestros jóvenes han sido afectados tanto por el aislamiento y por una sociedad de cambios, llevándolos a querer las cosas fáciles y libres, donde el referente adulto no es un buen ejemplo. Sin embargo, algo muy interesante que comentó Claudio Benjamín Naranjo, es que de la libertad puede salir el orden, es decir, en un artista se puede apreciar la libertad en su acto expresivo, la libertad en su música, la escultura, la pintura, así como en el deportista, pero ante esta libertad, tuvo que repetir y repetir estas tareas, hasta saber plasmar las cosas, y con ello, también obtuvo la disciplina.

Algo que es lamentable es cuando mamá es una mujer sola y necesita salir a buscar el sustento, por lo que tiene que dejar a sus hijos, pero en el peor de los casos es cuando existe el desapego de los padres hacia ellos, quienes no se dan cuenta que están obligados a inculcarle los valores a los hijos, que no son otra cosa que encaminarse con humanidad, ayudar al viejecito, no dañar a los demás, respetar, etc. El corazón es un buen indicativo para emplear los valores. Porque de no hacerlo, estaremos educando a un hijo contra diez que no lo están.

De ahí la importancia del estado y municipios de crear programas sustentables y espacios para los jóvenes, para que, a través de esa libertad que parece libertinaje inducirlos en el deporte o en las artes, para que por medio de la constancia encuentren esa disciplina que los lleve al respeto hacia ellos, por la naturaleza y por la vida misma.

Si bien es cierto que la neutralidad es el padre de la armonía, en este momento ya no es posible, es necesario hacer lo que nos toca a cada quién, y más aún, los que tienen las manos metidas en la masa del país, son los que están obligados a disponer verdaderamente de su INTELECTO para dar soluciones y así justificar la genialidad de sus sueldos.

Finalmente de mis lecturas recomendarle el libro “El Síndrome del Trapeador” del escritor Bicho Gardo, que puede descargar sin costo en: www.bichogardo.mx, el cual es un ensayo que bien podría ser el libro de cabecera para todos, porque nos lleva a trabajar y enfrentar la tensión en cualquier nivel de nuestro entorno laboral, el cual tiene un cierto toque de Apolo y Dionisio, este último que en ocasiones insiste en convivir con nosotros, solo hay que tener cuidado de no caer en el exceso, cuando disfrute de un bacachá divorciadito con coca, whisky con agua mineral o la bebida de su preferencia. Lo cierto es, que la lectura tiene sus recompensas, como decir: “Estamos a nada de serlo todo” pero “Bésame luego te explico”, para que no quede nada en el tintero, [email protected].

Nota 1. Reconocimiento a los jovencitos del CETIS 84, Mariana Sofía Juárez Camacho, Renata Cobián Gildo y Cristian Gabriel Ramos Aranda, quienes dirigiéndose a dar su servicio social al Tortugario de Mazanillo, encontraron una cartera y usaron todos los medios para regresarla a su afligido dueño. ¡Bien por nuestros jóvenes!

Nota 2.- Cuidemos nuestro medio ambiente: www.giao.mx