El último show de Kobe Bryant

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*El guardia de los Lakers baja el telón de su trayectoria de 20 años en la NBA como uno de los mejores en la historia

Nira Khurana | AP

Ciudad de México.- Kobe Bryant cierra el ciclo de la forma como lo empezó: observando videos, movimientos y clavadas. La diferencia es que ya no es a Michael Jordan a quien ve, sino a sí mismo a través de la mirada de sus adversarios. Lo han despedido así, con recopilaciones de sus jugadas y ovaciones de pie, en cada una de las arenas que ha visitado esta campaña, su última en la NBA.

Con el paso de los partidos, el cansancio fue más evidente. Ya no es aquel chico que en 1996, recién egresado de la preparatoria Lower Merion, se declaró elegible para el Draft de la NBA. Conserva, bien vale decir, la arrogancia y la seguridad de sus primeros días en la liga.

Kobe veía los tiros de Jordan en videocasetera. Creció con el estigma de ser mejor que él, de enfrentarlo y ganarle, por eso apuró el salto a convertirse en profesional. En la preparatoria, Kobe llevó a su equipo al primer título en 53 años, siendo reconocido como All American y el Mejor Jugador del Año. Fue el máximo anotador del sureste de Pennsylvania con 500 puntos arriba del legendario Wilt Chamberlain. Tenía, entonces, 17 años.

Sin pasar por la Universidad, saltó a la NBA. Las mayores dudas tenían que ver con su falta de madurez y precisión para tirar. Con el puesto 13 en el Draft, Kobe fue seleccionado por los Hornets de Charlotte, pero su lugar estaba en Los Ángeles. Jerry West, gerente general de Los Lakers, orquestó un intercambio que envió a Vlade Divac a Charlotte a cambio de Black Mamba.

Dos décadas después, con cinco campeonatos, un galardón al Jugador Más Valioso (MVP), en 2008, dos MPV de Finales y 17 participaciones en el Juego de Estrellas, ha llegado el momento de terminar la obra.

“Tenía todas las habilidades de Kevin Garnett (seleccionado en 1995, de la preparatoria), pero además podía tirar”, recuerda Jerry West, sobre aquel Draft del 96.

En todo este tiempo Kobe ha llevado la balanza de su popularidad a los extremos de ser amado y odiado: que si es egoísta, arrogante o solitario… Que si, a la vez, es un jugador incomparable, competitivo e intrépido. En un punto de encuentro, varios coinciden que fue alguien que retó a quien se le puso en frente, exigiéndole el mayor esfuerzo a quienes lo rodeaban.

Esa obsesión de aprender de Jordan llevó a varios de sus detractores a decir que sus movimientos no eran únicos. Kobe no lo negó.

Por el contrario, aseguró que durante años los estudió para perfeccionarlos y superarlos. Hoy, en el Staples Center, es momento de cerrar el círculo, con 1,345 partidos, más 48,000 minutos y 33,583 puntos.

Se despide entre el dolor de las lesiones y la peor campaña en la historia de los Lakers, un equipo acostumbrado a la excelencia y en el que Kobe, en compañía de Phil Jackson, Shaquille O’Neal, Derek Fisher y Pau Gasol, aprendió también a superarse.