El querido vs el despreciado

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Por: Francisco Jesús Pérez Medina

La contingencia de salud por el coronavirus tiene en este momento la atención de todos los mexicanos sobre la manera en que sus gobernantes están tomando decisiones, tanto a nivel local como nacional. Éstas son ponderadas por diversos instrumentos que las miden todos los días; posponer decisiones para aminorar el impacto que, invariablemente, afectará a un sector de la sociedad, no es la mejor decisión.

Podemos afirmar, de acuerdo diversos instrumentos, elaborados por las mismas empresas, que hay percepciones sobre dos gobernantes contemporáneos, uno local y el otro nacional. El primero, padeciendo los últimos lugares sobre su desempeño, casi desde que inició su mandato; el otro, con apenas un año de gobierno, con la más alta aprobación y expectativa -que ha ido mermando desde el inicio del presente año-.

Ambos, están tomando decisiones que pueden marcar la diferencia, ante un escenario inédito, en la salud de los ciudadanos. El local, determinó entrar a una fase de emergencia, una vez confirmado el primer caso, y, previamente, suspender las clases de todos los niveles educativos desde el día martes, además de recluir a los trabajadores no indispensables para brindar servicio a la población, anticipándose a la fecha propuesta por el orden federal. Éste, último, mostrando una actitud que se visualiza en cámara lenta, dejando prácticamente todas las decisiones en un experto en epidemiología, un subsecretario; a quién, sin embargo, ha desafiado y contradicho, con su actuar, las recomendaciones: no práctica lo que predica. Y eso, en términos prácticos, le ha generado críticas fuertes de los adversarios, medios de comunicación, incluso de sus propios seguidores, y los más trascendentes que no buscan afectar su gobierno: organismos internacionales que, con incredulidad, señalan indiferencia, negligencia, exhortándole modificar su conducta, pues está de por medio la salud, no de un país, sino del planeta.     

La expectativa de la sociedad civil sobre sus gobernantes es demandante, le exige estar al nivel de las circunstancias. Mientras el local, en este caso, ha atendido de manera frontal la adversidad con decisiones acertadas, el nacional, ha sido francamente preocupante y decepcionante. Al primero no se le aplaude ni reconoce, algunos mencionan “es lo menos que esperamos”, mientras del segundo, será la propia historia la que se encargará de ponderar su actuación una vez que concluya esta contingencia.

Estimado lector, no todo depende de las autoridades y los gobernantes, hagamos la parte que nos corresponde atendiendo la contingencia tomando como ejemplo a otros países; no esperemos la tragedia para lamentar o echar culpas. Velemos por nosotros mismos, por nuestros seres queridos y por el prójimo. Que esta difícil prueba saque lo mejor que tenemos como mexicanos y como colimenses.  

Salida

1.- No son vacaciones, ni momento de relajación, es tiempo de demostrar de que estamos hechos.

2.- Lea, conviva, haga lo que ha pospuesto durante tiempo en su hogar, organice su tiempo, aprenda otro idioma, practique ejercicio y ore, ore mucho por quienes no lo puedan hacer.