El Presupuesto Cero en 2016

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Por: Mario Acevedo Manzano

El Secretario de Hacienda Videgaray, anunció la semana pasada, una completa transformación de la política de gasto público, al estimar el presupuesto de egresos en base cero para el próximo año, en otras palabras, es “borrón y cuenta nueva” en cada una de la Partidas de gasto del gobierno federal.

Le explico más lo anterior estimado lector, mire usted, la forma tradicional para estimar un presupuesto anual de gasto público es en base al presupuesto en ejercicio para el presente año, o sea, para estimar el presupuesto del 2016 se toma como base el presupuesto de 2015 y solo se agrega el estimado del aumento de los ingresos, de tal forma que es la inercia y continuidad lo que prevalece en el gasto público. A partir de 2016 se parte de cero para cada partida de gasto y se asignaran los recursos fiscales en base la a una mínima evaluación de los resultados de la inversión pública, con este criterio, cada uno de los Programas de Gasto, y son más de quinientos, serán evaluados para aumentar o disminuir el gasto público en cada Programa.

No es mala la idea de reprogramar el gasto público, en la actualidad se tiene el presentimiento de que el gobierno derrocha los recursos públicos; primero, por la corrupción entre empresarios y gobierno cuando el 45% de las compras que hace el gobierno federal es por asignaciones, o lo que es lo mismo, no existe concurso de propuestas de diferentes proveedores y a un determinado proveedor se le asigna los pedidos; segundo, por el gasto excesivo en servicios compensatorios que hacen los funcionarios del gobierno federal, y en general, estatales y municipales, los ciudadanos ven a los funcionarios de los tres niveles de gobierno en vehículos caros, gastos pagados en exceso, celulares y muchos más privilegios que disfrutan los funcionarios gubernamentales.

Un Presupuesto de Egresos, por lo general tiene dos divisiones básicas para su análisis, la primera es, el Gasto de Inversión, que comprende todo dinero fiscal dedicado a la obra pública, la segunda es, el Gasto Corriente que comprende todo el dinero fiscal dedicado al pago de Sueldos y Salarios, honorarios, gratificaciones y prestaciones en general que recibe la plantilla de personal federal de los tres poderes de gobierno. El gasto de inversión es mínimo si consideramos que, del total de gasto de 4.7 billones de pesos para el 2015, el 25 % se dedica al gasto corriente, la deuda pública se lleva un 15% las participaciones a los Estados y Municipios se llevan un 30%, pensiones y jubilaciones un 5%, la asistencia social otro 5% y queda únicamente un 20% de gasto en inversión pública, o sea, el gasto corriente es mayor que el gasto de inversión. Para que usted tenga una idea de lo excesivo del Gasto corriente le doy las siguientes cifras comparativas: mientras que el gobierno de los Estados Unidos de América gasta el 7% en gasto corriente, el gobierno mexicano gasta el 25%. Lo anterior nos lleva a una simple deducción; el presupuesto cero del próximo año deberá reducir el gasto corriente y aumentar el gasto de inversión.

El asistencialismo-populismo de las dadivas que el gobierno federal le otorga a los mexicanos en dinero en efectivo debe de reprogramarse para que la asistencia social sea por conducto de los gobiernos municipales en obras y servicios de beneficio directo a la población vulnerable como son: ancianos, mendicidad y niñez desprotegida. En lugar de entregar el efectivo, se deben hacer más asilos, comedores y escuelas de enseñanza especial y readaptación social de jóvenes adictos, el Procampo en apoyo en efectivo, también debe reprogramarse para entregar a la agricultura de autoconsumo insumos productivos y retirar el subsidio a las grandes corporaciones agrícolas que producen para el mercado exterior y el mercado nacional.

En fin, mucho tiene por cambiar el origen y destino del dinero fiscal aportado por los contribuyentes y, si en verdad se quiere partir de presupuesto cero en la cuenta de Participaciones federales a Estados y Municipios se deberá iniciar por hacer el egreso de acuerdo con los ingresos que cada entidad federativa aporta a la federación y le pongo el ejemplo del Estado de Colima con una aportación aproximada de 80 mil millones de pesos en impuestos federales, únicamente recibe un 15% de los impuestos federales que se recauda en el territorio estatal y es más notable la injusticia fiscal en Manzanillo cuando la aduana recuda un aproximado de 65mil millones de pesos y regresa vía participaciones al gobierno municipal únicamente el 0.176% de la recaudación federal participable repartido entre todos los Municipios del país que son Aduanas y Puertos. Está claro que se necesita una revisión completa de la política de gasto público federal en donde el gobierno federal se queda con la mayor parte de los ingresos fiscales y le entrega migajas a los Estados y Municipios.

La Economía y la Política forman un lazo indisoluble desde el momento en que la Economía impacta a la Política y la Política impacta a la Economía, el resultado es la Economía Política que el Estado mexicano se ha negado a realizar a partir del Presupuesto de Egresos de la Federación, esperamos que quienes formulen el próximo presupuesto de egresos sean más políticos y menos tecnócratas y entiendan que la inversión publica es la base del desarrollo social.

A poco no…Candidatos y Partidos políticos deberán hacer un esfuerzo mayor por atraer a los ciudadanos a las urnas en la próxima elección, la negación de muchos ciudadanos de formar parte de las mesa de elecciones es una prueba del desencanto ciudadano por la democracia mexicana en donde las dirigencias partidistas salen beneficiadas en cada elección.