¡Doña Griselda!

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Por: Jonás Larios Deniz*

El pasado jueves 26 de marzo se cumplieron seis años de la muerte de la señora Griselda Álvarez Ponce de León, quien fuera gobernadora del estado de Colima de 1979 a 1985; primera mujer en ocupar este cargo en la historia de nuestro país. La fecha fue recordada en ceremonia cívica efectuada en la explanada de la Secretaría de Educación de Colima. La señora Griselda fue profesora normalista y Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Nació en Guadalajara, Jalisco el 5 de abril de 1913. Su bisabuelo y su padre fueron gobernadores de Colima, el general Manuel Álvarez Zamora en 1857 y don Miguel Álvarez García de 1919 a 1923. Doña Griselda fue también una poetisa destacada.  La recuerdo como una mujer fuerte, de voz firme, elegante en su vestir, peinado alto y una indiscutible formación académica. El machismo recibió un revés y se puso en tela de juicio la hipótesis de que las mujeres debían permanecer en casa, al cuidado de los hijos y del esposo. Con trajes sastres, pendientes de oro y sobrio maquillaje aparece Griselda Álvarez en los cuadros que vigilantes permanecieron en las oficinas del gobierno estatal durante su mandato, imagen que fue construyendo una idea alterna de lo que significaba ser mujer en los años ochenta.

Me gusta mucho la idea de que una maestra fuera la primera gobernadora, pues el magisterio y en particular la figura de profesora es desdeñada y a veces burlada. De acuerdo con Paulo Freire en su obra “Cartas a quien pretende enseñar”, la tarea de ser maestra debe ser respetada. En la sexta carta, Freire posiciona la figura del docente, desmitificándola y con ello, liberándola de la doble moral hipócrita que deriva de la sociedad corrupta y machista:  “No estoy pensando que los educadores y las educadoras deban ser perfectos o santos. Es justamente como seres humanos, con sus valores y sus fallas, como deben dar testimonio de su lucha por la seriedad, por la libertad, por la creación de la disciplina de estudio indispensable de cuyo proceso deben formar parte como auxiliares, puesto que es tarea de los educandos el generarlo en sí mismos”(Freire, 1994).

Griselda Álvarez hizo crecer a una nación dándole ejemplo de respeto hacia las mujeres, puso a Colima nuevamente en el mapa de los grandes personajes (después de Gregorio Torres Quintero), movió las raíces profundas del machismo del estado que gobernó. Logró ganar una importante batalla a favor de las mujeres, que significó el principio de una tendencia conceptual, legal y política que hoy por hoy tiene un amplio arraigo y reconocimiento: la perspectiva de género.

¡Gracias Doña Griselda! Siga descansando en paz. Las niñas, niños y adolescentes de Colima y de México siguen sus pasos.

 

* Profesor-investigador de la Universidad de Colima