EL PALACIO FEDERAL DE COLIMA

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 Por Noé GUERRA PIMENTEL

El Palacio Federal es un inmueble que destaca desde que al levantar la vista se descubre al noreste del jardín Núñez, imponiéndose con su estilo neoclásico sobrio como la edificación más imponente del centro, ubicada en la esquina de Madero y Gral. Núñez. Diseñado por López de Lara a partir de planos de Teodoro Bayardo y ratificados por Máximo Vázquez, fue quien supervisó y concluyó esta obra, pero antes de que se colocara la primera piedra, el sitio ya tenía historia.

CAMPOSANTO, TIENDA Y BOTICA. En 1725, el terreno fue utilizado como cementerio para la comuna y prosiguió con esa función hasta la epidemia de fiebre amarilla, que tuvo dos brotes importantes, en 1883 y 1884, este último afectó brutalmente a los vecinos de la capital, donde se estima un inédito número de fallecimientos por día durante prolongados cinco meses, por lo que tanto este como el del “Moralete” resultaron insuficientes, siendo clausurados.

Años después, en ese terreno se erigió la primera finca, su propietario, Juan Manke, quien levantó una casa de teja con grandes ventanales en la esquina, misma que fue adaptada para tienda y atendida por Manke y su familia. Según diversos apuntes de Francisco Hernández Espinoza, sabemos que la propiedad pasó al médico Alejandro Forbes, quien ahí abrió su botica; después fue de Luis Betancourt, quien retomó la vocación de la tienda.

Al lado se erigió otra casona con un gran portón, corredores, varias habitaciones y un árbol de camichín al centro, caserón que por décadas fue albergue de viajeros y de arrieros conocido como el mesón de “San Felipe”, funcionando hasta 1906, cuando Blas Ruiz Díaz, sobrino y heredero de Ponciano Ruiz, compró estas propiedades y otros predios para levantar el bello edificio que conocemos.

LA CONSTRUCCIÓN ACTUAL. El próspero Ruiz Díaz, quien había sido profesor, fue presidente municipal de Colima y de Manzanillo, edificó ahí su casa particular entre 1906 y 1908, habilitándola con oficinas para sus empresas. Construcción hecha con piedra, material traído a lomo de bestia desde el arroyo y los potreros de la hacienda La Estancia. La mansión originalmente tenía dos torreones como miradores, ambos fueron removidos y sustituidos por un frontón central después del terremoto del 41. También tenía una escalinata de madera tallada y fuente central modelada en piedra volcánica.

En la segunda planta del interior del inmueble destacan una serie de pinturas murales, plasmadas tanto en paredes, como escalinata y techo como decorados, obras realizadas por artistas de la época como Mercedes Zamora, quien plasmó el “Fray Bartolomé de las Casas”; Antonio Cedeño “El puerto de Acapulco”; “El Popular Baño Azul”, “El Ahuehuete de la Noche Triste”, “El Baño de Netzahualcóyotl”, y otros más, son de Emilio Parra. Murales que se encuentran cubiertos, debido a su desgaste, en espera de ser restaurados.

ANECDOTAS. Entre otras, recordar la de 1911, cuando Blas Ruiz organizó un mitin por la candidatura a la gubernatura al profesor Gregorio Torres Quintero, mismo que se frustró, dado que, durante su discurso, ofrecido desde el balcón central, resultó interrumpido con improperios, piedras, fruta podrida y otros objetos lanzados desde la calle; bochornoso acto atribuido a su rival político, a la postre gobernador J. Trinidad Alamillo; y la de 1941, con el fuerte sismo que sacudió a la región dañando varias construcciones; días después, la esquina del edificio, sin daños reales, fue dinamitada. Acción tomada para justificar el apoyo a gestionar ante el presidente Ávila Camacho.

EDIFICIO FEDERAL. Desde 1928, la edificación estuvo en pugna política, por lo que el gobierno estatal confiscó el edificio e instaló la Oficina de Intervención y Confiscación de Bienes. Desde entonces y hasta 1931 se realizaron los juicios con los que el 6 de febrero de 1934 se escrituró a favor del Gobierno Federal. La propiedad pasó al estado por decreto presidencial concertado con el de Colima, transfiriendo el dominio al Patrimonio de la Nación como el Palacio Federal de Colima. Desde aquel tiempo el edificio se destinó para dependencias federales, en la actualidad aún alberga algunas de sus oficinas.