EL GOBERNADOR HABLA EN SERIO

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

EL coronavirus sigue convirtiendo en cadáveres a cientos de miles de personas en el mundo  que se han contagiado sin saber cómo ni en cual momento. Simplemente, de pronto, hay quienes de un día para otro  enfrentan una batalla  por la vida en hospitales públicos y privados en medio de gran sufrimiento por la agresividad del mal y por la forma médica radical en que  es combatido.

En el conjunto de entidades, Colima se destacó inicialmente por haber logrado un porcentaje conveniente de inmovilidad (75%), pero luego la gente  optó por darle continuidad a sus actividades sin considerar advertencias de las autoridades y del gobernador Ignacio Peralta en lo particular, quien al final, si el número de fallecidos aumenta y le cargan responsabilidad  de alguna manera, tendrá a la mano una justificación seria por la desobediencia de la población a protegerse a sí misma.  Hoy se habla, increíblemente, de que en  Colima podrían abrir cines, bares y templos. Qué barbaridad!      

Pero tenía que ser Manzanillo el centro de la pandemia, que tiene al día de hoy el 70% de casos y por ello está merecidamente en semáforo rojo. Su economía, movida por el transporte y el comercio continuos,  no contempló prevenciones que hubieran disminuido la propagación. Extranjeros que arriban en buques de carga y conductores de vehículos pesados  que laboran sin protección y que van  y vienen hacia el puerto, han contribuido notablemente a la expansión del contagio como lo citó a tiempo  el exgobernador Fernando Moreno Peña, y no se sabe hasta hoy cuáles serán los resultados finales de ese comportamiento, o mejor dicho, los contagios y  muertos que  causará tal desatención.

El gobernador Ignacio Peralta, quien no siente políticamente lo duro sino lo tupido por estos días,  ha sido enfático al recomendar a los colimenses  medidas sanitarias como usar  cubre bocas, guardar sana distancia y no salir de casa si no es para un propósito válido como comprar alimentos o medicinas. Advirtió, como lo han hecho autoridades sanitarias centrales, que el covid 19 no está resuelto y que los contagios y muertes seguirán, lo cual solo podría disminuirse de algún modo con protección adecuada.

Hay un aspecto muy importante en esta trama de salud: la colaboración interinstitucional. En el caso de Manzanillo, su alcaldesa ha mostrado siempre su renuencia a trabajar coordinadamente con el gobernador. Como que le tiene resentimiento por alguna causa que desconocemos. O quizás sea al revés. Cualesquiera  sea la razón de ese distanciamiento,  no es el camino mejor. Las autoridades, sean del partido que fueren, tienen la obligación de trabajar con sus opuestos. Se les elige para conciliar y gobernar para todos. Se les pide resolver problemas, no negarlos ni atenuarlos.

Peralta Sánchez insiste: los manzanillenses ( dijo a Diario El Noticiero), son los menos disciplinados  para atender las medidas indicadas, lo que ha contribuido a que Colima sea un foco rojo, con una cantidad de contagios (240) importante y 35 muertes, a pesar de ser una entidad pequeña.  Se requiere la intervención del Ayuntamiento de Manzanillo para que sea  pronta la apertura de establecimientos comerciales, pero esto solo será posible en la medida en que las autoridades motiven a los ciudadanos a responder afirmativamente a la necesidad de que se protejan correctamente. Háganle caso al gobernador, no está bromeando.

Sobre aviso no hay engaño. Tiene que haber una reacción positiva no solo de los porteños sino de todos los colimenses. Aunque nos cueste trabajo, tenemos que estar en casa, sobre todo los que formamos parte de la población de riesgo mayor.

Las autoridades sanitarias locales están haciendo su trabajo y los médicos, enfermeras, camilleros y demás personal de limpieza ( que  es muy importante, claro que sí, ) están arriesgando su vida en la atención de enfermos. ¿ Cómo podemos pagarles a todos ellos su dedicación y su labor humanitaria? Contribuyendo con obediencia a cerrar la brecha de los contagios y las muertes, asumiendo que  las autoridades están comprometidas a salir adelante junto con nosotros en esta lucha  por la vida.  

A quienes lean estas líneas les digo que hagan por su salud y cuiden a los suyos. No seamos temerarios, el coronavirus mata a casi la mitad de los enfermos intubados, pero a los que no alcanzan a recibir atención médica por su gravedad, le ha resultado más fácil intoxicarlos y matarlos.