EL EJERCICIO DE LA DEFENSA DE DECIR LA VERDAD, ES EL DERECHO DEL CIUDADANO A ESTAR INFORMADO

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La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

Desde el principio de las civilizaciones, surgió la necesidad de informarse e informar, esto podemos constatarlo en el arte de las cuevas de Lascaux o en las miles de pinturas rupestres que se encuentran en todas las latitudes del planeta, nos hablan de las milenarias inquietudes del ser humano por comunicar, expresarse y enviar información a otros de su especie, posteriormente fueron los mensajeros y poco a poco se fue modernizando la forma de difundir la información hasta en nuestros tiempos con el internet y las redes sociales, en donde ésta se propaga a diferentes partes del mundo, pero con el valor de que se da este proceso a velocidades inimaginables.

La libertad de prensa, más que un elemento importante para la construcción de la democracia, es por mucho un derecho humano. Tener información y difundirla debe ser un ejercicio en el que el principal beneficiario sea el ciudadano. Los medios de comunicación deben ser libres de expresar sus opiniones con respecto a temas de la vida social, política y económica del país, entre un sinnúmero de temas y aconteceres que generan interés en el ciudadano.

Los medios de comunicación deben realizar su trabajo con total libertad, sin control ni censura de algún gobernante en alguno de los tres niveles de gobierno.

El papel de los medios de comunicación es clave para que el ciudadano esté informado, que se genere opinión y discusión sobre asuntos de carácter público; por esta razón es de vital importancia que en los gobiernos se cuente con una partida presupuestal para que se difunda la información que genera un gobierno, bien sea municipal, estatal o federal; pero la inexperiencia o antagonismo de algunos gobernantes los llevan a fijar una postura de la no difusión de información, “teniendo el control absoluto de los contenidos que de acuerdo con sus intereses, es lo que pretende informar al ciudadano”; eso no abona en nada a la construcción de una sociedad democrática e informada.

Pero se preguntará usted, amable lector, lectora, ¿por qué una partida del presupuesto para los medios de comunicación? La respuesta es extensa, en primer lugar los reporteros y periodistas desempeñan un trabajo que consiste en generar la obtención de información y difusión de la misma, por la cual tienen que trasladarse a diferentes lugares y eventos para informar a la sociedad acerca de las acciones de gobierno; así como también, a través de los conceptos editoriales reconocer los avances o para señalar los desaciertos, todo esto para que la ciudadanía norme un criterio.

El periodista invierte horas en sus actividades y su trabajo es la fuente principal de sus ingresos, porque aparte de difundir la información, debe realizar actividades simultáneas para fortalecer su trabajo y generalmente trabajan para más de un medio de comunicación. Las familias de estos trabajadores comen, visten y calzan, el sustento que llevan a sus familias es el resultado de horas de trabajo, en el cual no cuentan con prestaciones de ley, pero los riesgos son muchos.

Existen sistemas de gobierno que rayan en la intolerancia hacia el trabajo que realizan los comunicadores y otros más generan discriminación para con los medios de comunicación. Pero de unos años a la fecha, las agresiones contra los periodistas y la represión a los medios han ido en aumento; a tal grado que se han registrado muertes de colegas en el ejercicio de su deber.

El aumento de las amenazas y las muertes de periodistas son un signo preocupante en una sociedad que aspira a ser democrática, no se puede hablar de una transición política sin el papel tan importante de los medios de comunicación. Hacen falta mecanismos de protección para los comunicadores y sanciones para los agresores.

Un gobernante que impide el ejercicio de los medios de comunicación no sólo genera violencia contra los periodistas, sino que atenta contra los derechos de los ciudadanos de estar debidamente informados y más aún, atenta contra la democracia.

Es urgente que nuestros gobernantes den garantías para el ejercicio periodístico libre. Esta es una condición indispensable en un régimen democrático. México no puede quedar al margen de ella, Manzanillo tampoco puede quedar ajeno al tema.

Cada época, en cada parte de la tierra, la humanidad fue concebida bajo el signo del diálogo comunicativo, informativo, intercultural y creativo, evolucionando por épocas y construyendo civilizaciones extraordinarias; y con ello diseñando sistemas jurídicos, sociales y culturales que se protegieron y promovieron por formas de un derecho en evolución hasta nuestro actual mundo jurídico, llamado derecho a la información; en nuestros días, ese derecho es fundamental y está consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se establece en sus artículos 18 y 19; sobra decir que los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos describen el derecho de la libertad de expresión para mantener informada a la sociedad.

Pudiera proporcionarle más datos, amable lector, lectora, sólo cierro con una reflexión: “Resulta aberrante que un gobierno limite o censure la libertad de expresión, es un atentado contra los ciudadanos para que estén informados; pero lo que sí es algo repudiable, es que quien ejerció la libertad de expresión por circunstancias en el pasado y gracias a ello generó las condiciones para ganar una candidatura y gobernar, hoy ejerza presión y se dedique a denostar a los medios de comunicación, no sólo es poco ético e incongruente, es además un acto de inhumanidad”.