“El Chanfle”, un símbolo del América

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Por: Roberto Quintanar

Simbólico para la empresa Televisa y motivo de burla por parte de los aficionados contrarios al América. Así se puede describir el corte futbolero que encarnó Roberto Gómez Bolaños en 1979, “El Chanfle”, uno de los personajes insignia del comediante y declarado fanático del club de Coapa.

En esa película, Bolaños da vida al utilero del equipo azulcrema. Tal como pasaba con la mayoría de los alter-egos del actor, el “Chanfle” se caracterizaba por su inocencia y torpeza involuntaria que solía afectar a aquellos que le rodeaban, así como por su honestidad, misma que le acarreaba problemas con otros miembros del equipo: el entrenador Moncho Reyes (Ramón Valdés) y el jugador estrella Valentino (Carlos Villagrán “Kiko”).

La mayor ilusión del personaje era que su esposa Tere Segundo (Florinda Meza) pueda concebir, pues tras diez años de matrimonio su sueño de ser padres no se había cristalizado.

Al final del filme, la paternidad se hace realidad para el “Chanfle”, cuya esposa da a luz en medio de un partido entre el América y el desaparecido Atlético Español. Además, gracias a su deportividad y honestidad para la competencia es contratado como entrenador de las fuerzas infantiles del club.

A pesar de la simpleza del argumento, gracias a la popularidad de Chespirito y el poderío que el Club América mostró entrados los años ochenta, el “Chanfle” se convirtió en un ícono de la cultura popular mexicana y una referencia asociada con los azulcrema, deviniendo muchas veces en un sentido peyorativo (especialmente en los últimos años).

Hombre ligado durante la mayor parte de su carrera a la empresa Televisa, Gómez Bolaños fue uno de los impulsores de la popularidad del América no únicamente por este filme, mismo que tuvo una secuela menos afortunada tras la salida de actores como Valdez y Villagrán, sino también en las referencias usadas en su popular programa “El Chavo del 8”.

A pesar de lo criticable que resulta el guión de “El Chanfle” para los más reacios cinéfilos, que lo miran como soso y predecible, Bolaños intentó inyectar en éste una dosis de moralidad y deportivismo presente también en la semiótica de otros filmes deportivos.

Pese a no haber formado parte del equipo azulcrema como jugador, el América hoy perdió a uno de los hombres con quienes más se identificó.